Zeca Alfonso compuso la canción; el gobierno de
Salazar la había prohibido. Nada mejor para un florecimiento posterior que
vetar algo. La canción fue la segunda y definitiva señal para el levantamiento revolucionario
el 25 de abril de 1975. La Revolución de los Claveles era imparable.
Amalia Rodrigues la usó como cierre de su concierto
en el Coliseo de Lisboa…La mecha había prendido. Después vino lo que tenía que
venir. La emisora católica Radio Renascença la emite a las 0,20 minutos. Es ya
25 de abril. El pueblo coloca claveles rojos en los cañones de los fusiles y de
los tanques…
El viajero cruza campos de pastos secos; alcornoques
desmochados; encinas centenarias. Al borde de la carretera venden melones de
piel blanca; fruta de verano. Alguien - porque el viajero no va solo - que no
comparte el mismo espíritu, dice: “¡quién me habrá mandado a mí venir hasta
aquí!”. Tiene respuesta a coro: “eso digo yo”. El viajero calla; toma nota. (Piensa
para sus adentros, a éstos los arreglo yo:“La venganza en plato frío”.)
El viajero parte de las minas de pirita de Lousal - donde se hospedan - pasada la mediación de
la tarde. Quiere acercarse a Grándola. Está un poco más allá. Solo unos
kilómetros más adelante en la carretera que lleva a Lisboa. Tararea: “Grandola, vila morena / terra da fraternidade”.
Ignora cuánto de verdad se encierra en esas seis letras…
Hace calor; mucho calor. Sigue; musita: “en cada esquina un amigo / en cada rostro,
igualdad”. Pasea bajo el sol que abrasa. Deambula por las calles. Va hasta
la plaza; busca algo de sombra. Se sienta en un banco del parque.
Cuando - casi cae la noche – una avería en el coche
reclama la presencia de un técnico. El viajero está negado para muchas cosas;
para esa es que ni lo intenta. Alguien ve la matricula; intuye un problema; se
acerca. Pregunta. Ofrece ayuda. Va por el mecánico; llevan el vehículo al
taller…
El samaritano desconocido no quiere nada, no acepta
nada, no admite nada, ni siquiera un café. Por si falta algo, agrega en
portugués, que se entiende perfectamente: “Yo vivo ahí, enfrente, por si
necesitan algo…” El viajero no sale de su asombro. “Terra da fraternidade / Grandola vila morena”.
Dichoso el que olvida el porqué del viaje
ResponderEliminary,en la estrella, en la flor, en el celaje
deja su alma prendida.
ANTONIO MACHADO
El viaje tiene tres partes: soñarlo; realizarlo y luego, contarlo y si se tienen compañeros como los que llevó el viajero, entonces... entonces, eso ya no tiene precio. Un abrazo.
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