jueves, 17 de diciembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pastorales, Meceeros y Tontos

 

 


Terminábamos el artículo de ayer desconociendo el autor del Villancico tan nuestro “Aunque estaba la noche serena…” Del Villancico, en general, se ha escrito mucho y muy bueno. Es normal. En toda la península Ibérica de muestra con distintas variantes.

Rodríguez Marín dice que en su origen se llamaba así a cualquier estrofa improvisada para cantarse en zonas rurales, que se formaba con una composición de tres versos octosílabos  con rima asonante en el segundo y en el tercero y al que luego, andando el tiempo, se le agregó un cuarto en el que se repetía el primero después del segundo…

A la pastoral, generalmente, acudía gente que tenía en común algo: vecindad, trabajo, afinidad de gustos o la simple curiosidad por meterse en todo lo suponía novedad. Casi siempre en su formación entraban dos componentes muy propios de nuestro temperamento: la improvisación y el empuje del último momento. Alguien dijo que somos como el vuelo de la perdiz “muy intensos pero muy breves”.

La riqueza creativa en el Villancico en Álora es impresionante. Belleza en letras y músicas… Solo puedo informar de parte de las letras y así, por ejemplo el “Chito, chito”:

“Chito, chito, callaítos / llegaremos al portal / cantaremos, bailaremos / y el Niño se alegrará, / pero chito, muy bajito / no se vaya de despertar”.

Muy pastoril, por el instrumental al que alude es “Alegre con su rabel”:

“Alegre con su rabel / en marcha van los pastores / panderos y mil tambores / también suenan en tropel. / Y llevo rico pastel / al Niño recién nacido / el pastel cogido / de blanca y de rica miel…”

Hay otra manera de expresar el sentimiento donde la ternura se impone a lo material.  “Todos le llevan al Niño”:

“Todos le llevan al Niño / yo también he de llevarle / las alas del corazón / que le sirvan de pañales”.

Dicen que este Villancico – “Cantemos negritos” - pudo ser compuesto por alguien que estuvo en la Guerra de Cuba (al igual que el Ponche de ron, hoy ya desaparecido, que también vino de allí):

“Dicen que porque soy negro / que no me acerque al portal / acaso porque soy negro / el Niño se va a asustar. / Cantemos negritos, sí / cantemos con dulce amor /cantémosle al Niño / mil canciones en su honor”…


 

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