martes, 8 de diciembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lo que viene

 



Se va, se está yendo sin bulla y a su paso. Como los niños traviesos cuando viene una visita, que se despiden haciendo todas las calaveradas que tiene en su repertorio: un terremoto (de baja intensidad en Atarfe), nevadas en las cordilleras del norte, olas grandes en el Cantábrico, ventoso y desabrido por aquí.

Tiene los días contados, éste por aquello del bisiesto, un día más, pero se va. Caen inexorablemente las hojillas del almanaque. Viendo cómo está el patio, uno ya no sabe ni qué pensar sobre él. Será lo que Dios quiera, pero se va. Seguro que se va.

Ha tenido de todo. Bueno, de casi todo lo malo que se puede meter en las alforjas para el camino. No hace falta ni enumerarlas ni machacar a nadie.  Solo una cosa:  ha sido bueno para  los espabilados que han hecho negocio con mascarillas, y toda la parafernalia que nos han colocado en la huida contra el miedo y en el deseo de la prevención. Me acuerdo, cuando en la transición apareció una pintada:

-         “Con Franco vivíamos mejor….”

Una raya cruzaba el mensaje, y con otra letra, o sea, escrito por otra mano, aparecía por abajo:

-         “Algunos”.

Estos están en esos “algunos”. Han hecho negocio. Y viene ya de viejo… Sigo esperando que actúe de oficio la Fiscalía. La espera puede ser larga, tan larga como que caiga en el olvido.

Mi amiga Manuela, en un comentario decía, refiriéndose al año que se va,  que no creía en las supersticiones, pero que a la entrada había tenido un tufillo de que nos la pegaba. Tomás López le pedía, apelando a su intuición: “cuando puedas y si no te importa, adelántanos algo de 2021”.  Yo, también espero esas palabras que nos hagan ilusionarnos con el que casi llama ya a la puerta, pero que aún tiene que evitar unas cuantas zancadillas.

Esbocemos una sonrisa. Se le puede aplicar al cambio de año. La madre llevó al niño hasta la clase de Don Gonzalo, un hombre bueno, sencillo, todo bonhomía:

-         Don Gonzalo, le dijo a éste, atícele que no sabe hacer la O con un canuto de cañas…

Y el hombre con su dulzura, le contesto:

-         Vete tranquila que para atrás no irá…

No hay comentarios:

Publicar un comentario