Puurs es una pequeña ciudad de
Bélgica. Está en un territorio plano, o sea, de escasa altitud sobre el nivel
del mar y equidistante de Amberes y Bruselas. Puurs no se busca en el mapa, obviamente,
por su altitud. Puurs ha aparecido en los telediarios - ¿ o no ha aparecido? no
lo sé bien – porque de una planta de investigación, de la Pfizer ha salido la
vacuna que lleva alas de esperanza.
Se ve que en Bélgica saben hacer
cosas que son buenas para la humanidad. Hombres vestidos de blanco - los ángeles suele usar este color en algunas
ocasiones - que trabajan en un laboratorio, han conseguido una vacuna para poner
freno al terrible azote de un virus, que tiene acongojada a la humanidad.
De allí han salido dosis de la
vacuna en camiones especiales. Han pernoctado en Lerma, en la carretera nacional,
o como se llame ahora, que une Madrid con Burgos y luego con el resto de Europa,
pues eso. Allí, han hecho noche, en un cuartel de la Guardia Civil (¿qué sería
de nosotros sin la Guardia Civil?) que después la han custodiado hasta
Guadalajara. Ya se ve, ahora los ángeles vestían de verde. Y es que los ángeles
pueden vestir como les dé la gana.
Dice la señora que informa en el
telediario, que muy temprano – con el frío que hace en Guadalajara, a esas
horas – la han entregado a autoridades de la Agencia del Medicamento y otras
cosas más, pero autoridades al fin y al cabo y no políticos de turno (da igual
que masculino o femenino) que se empeñan en salir en la pantalla y no se quieren
enterar, que el Pisuerga por donde pasa es por Valladolid y no por Guadalajara,
pero parece que no, que no hay manera.
Berlanga, con Bienvenido Míster
Marshall, hizo soñar a todo un pueblo, Villar del río… (por el de verdad, el de las Tierras Altas de Soria, el río que pasa es el Cidacos, - que también da
nombre a una marca de conservas, exquisitas por cierto, y no llevo comisión –.
Ahora, por Guadalajara corre un río diferente. Cambia el agua por la ilusión
encerrada en una vacuna de esperanza, como un anticipado regalo de Reyes para
una población que la espera y anhela con los brazos abiertos.
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