Yo estaba allí. Fue el primero
de noviembre. Festividad de Todos los Santos. Fue por casualidad, lo de la
Fiesta no; lo otro. No sabía lo que venía después de un concierto que daba, en la
parroquia de la Encarnación, una coral de Newcastle. Pasaba unos días de
vacaciones en Álora. El concierto, por lo demás, muy bueno: afinación,
delicadeza, gusto exquisito.
Cuando finalizó, una señora,
pastora anglicana, que es miembro de la coral, se puso la estola, subió al
altar y concelebró con el párroco de Álora. ¡La que se ha liado! Al cura le han
dicho de todo. Hierven los ultras en las redes sociales.
Yo tenía entendido que
ecumenismo es un acercamiento entre todas las iglesias cristianas. Estaba
equivocado. Probablemente también lo estuvo Jesús cuando dijo aquello de “para
que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti”. Más o menos.
Tildan el acto de escándalo; al
cura, de sacrílego. La verdad, asistí junto a dos personas con formación universitaria
– vamos que saben llamar al pan, pan y al vino, vino – y ninguno de los tres,
porque lo he consultado, después, para cerciorarme, vimos nada de profanación,
falta de respeto, blasfemia, irreverencia…
El cura siguió el ritual
litúrgico católico. No noté nada diferente que se saliese de lo que se ve en
cada celebración. La ‘concelebrante’ en ningún momento se dirigió a la
Asamblea en términos litúrgicos. Sí distribuyó la comunión. Las lecturas se hicieron en español y un
traductor, en inglés para los pocos anglicanos – el grueso de la coral abandonó
el templo al finalizar el concierto – que permanecía allí.
Los ultras pretridentinos proclaman
que el Canon – algo que ponemos los hombres, claro – dice que se pueden hacer
actos de no sé qué tipo, pero no una
celebración eucarística… Me pregunto ¿tan difícil de cambiar el ‘canon’ y
adaptarlo a los tiempos?
A mí me viene a la mente que
Judas (que yo sepa no era anglicano) estuvo en la Última Cena, por ejemplo. El Papa ha hablado de pastores que huelen a
ovejas, pero eso a los encerrados en los despachos y encorsetados en los
cánones… pues como que no va con ellos. Y yo que creía que Trento quedaba muy
lejos… ¡Qué iluso!
Mucha gente ha echado por otros
caminos. Cada día, seguimiento
multitudinario de las procesiones, por ejemplo; los templos, más vacíos… “Entre
Dios y yo no necesito ningún puente” Lo dijo Unamuno. Visto lo visto. ¿Llevaría razón don Miguel?
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