viernes, 1 de noviembre de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Crisantemos y cipreses






Han amanecido las repisas de los nichos con flores: crisantemos (blancos, amarillos, rojos, violetas..), claveles, rosas… Recuerdo para los que emprendieron el camino antes. La Iglesia Católica celebra, del primero de noviembre, la Festividad de Todos los Santos Omnes Sancti et Sanctae Dei; mañana, segundo día de noviembre, el de Todos los Difuntos. El pueblo llano, cambió el orden y como lo que hace el pueblo se queda hecho…

José Luis Martín Descalzo  decía que Roma es la única ciudad donde los cipreses no son tristes. No lo sé. El maestro Alcántara afirmaba que ‘el paisaje es un estado de alma’. Miguel Delibes, con La sombra del ciprés es alargada ganó el premio Nadal de 1947. José María Gironella escribió Los cipreses creen en Dios, primer libro de la tetralogía sobre la Guerra Civil. Enhiesto surtidor de sombras v para Gerardo Diego el ciprés de Silos..

El ciprés tiene una triple simbología: árbol funerario, belleza femenina y hospitalidad.  Teofrasto lo asignó como árbol de Hades, dios de la muerte. Sus raíces nunca dan nuevos brotes una vez talado. Su color verde y su guía que apunta siempre al cielo ayudaban a las almas de los muertos después de la muerte.

La esbeltez lo hace un árbol diferente. No se parece a ningún  árbol.  En la antigüedad fue reconocido como el árbol de la belleza femenina. Puede tener  similitud con otras, pero es única.

Los viajeros que andaban los caminos  del Mundo Antiguo si veían plantado un ciprés junto a una casa leían el mensaje: allí habría hospitalidad y le darían agua para mitigar la sed. Si había tres, entonces, les anunciaban que le darían cama y comida durante tres noches y tres días.

El ciprés es un árbol longevo. Puede vivir hasta mil años. En el patio de la Sultana en el Generalife, el tronco seco  - dicen que lo fulminó un rayo – podría alcanzar los quinientos años y  fue testigo de los amores de un abencerraje y  Morayma, esposa de Boabdil. Esta infidelidad dio origen, según la leyenda, a la muerte, a degüello, de la notable familia granadina.

Dentro de unos días, las flores naturales marchitas, dejarán vacías las repisas  de los niños. Los cipreses, seguirán enhiestos, en pie , al bamboleo del viento y evocaran la belleza suprema y que los recuerdos permanecen por mucho que ande – que no para – el tiempo.




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