Leonardo Fernández es el
pregonero gráfico de la Semana Santa de Málaga. Lleva al lienzo, la Pasión de
Cristo con el realismo que este pintor malagueño imprime a todo cuanto hace.
Sus cuadros son un recorrido por lo que conlleva de fervor y la religiosidad
popular cuando llega la primavera y el pueblo cristiano reza a pie de calle.
La obra de Leonardo, según un
reportaje que acaba de publicar La Saeta,
Otoño 2019 nº 68 se mostró en noviembre de 2018, en el Museo de Semana
Santa ‘Jesús Castellano’ de Málaga. La muestra recogió obras de pequeño y gran
formato que, a lo largo de de su fecunda vida pictórica, el pintor ha ido
plasmando para enriquecimiento espiritual y material de muchas cofradías
malagueñas.
Leonardo nos dice que la Presentación de Jesús en el Templo, la Huida a Egipto, la Curación de enfermos, las Caídas
– hasta tres – por la calle de la Amargura, la Crucifixión y Muerte de Jesús,
entre otros, son un catecismo viviente por las calles de Málaga que dejan de
llamarse con sus nombres propios, y desde esos momentos son escenas puntuales
de unos hechos pasados hace más de dos mil años pero que evocamos casi con la
misma fidelidad de entonces.
Recogió la muestra, también dos
obras de gran tamaño. Una El fusilamiento
de Torrijos, un cuadro de excepcional realismo histórico y otra El Bautismo de Cristo, que se muestra en
la parroquia de la Encarnación de Álora.
Este último fue una donación
del pintor, con una generosidad sin límites, al PUEBLO DE ALORA, personificado en su Ayuntamiento y que
permanecería en custodia – como es – en la propia parroquia de la que saldría
para exposiciones puntuales que por su calidad artística – este caso, por ejemplo - lo requiriese.
Informa el reportaje de la
renuncia a traer obras que están fuera de Málaga ‘por limitación presupuestaria’
y despacha la presencia de la obra con líneas que trascribo: “Hemos hecho una excepción
con el cuadro Bautismo de Cristo (…) y que
procedente de la iglesia parroquial de Álora ha sido cedido temporalmente para
esta exposición”. Pienso que esto se debe a desconocimiento y no a un desdén
hacia los pueblos de la provincia porque no destaca, como es de justicia, la enorme generosidad del artista, es decir, Leonardo
Fernández, que lo donó de manera
altruista, así como la colaboración de
Ayuntamiento, Caja Rural de Granada, Imprenta Castillo y personas particulares.
Al César lo que es del César.
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