lunes, 1 de diciembre de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Remanso de paz...

 



1de diciembre, lunes

 

- Tiene usted que venir cuando se produce el reventón…

Isabel es una mujer ni alta ni baja, ni joven ni mayor; más bien delgada, enjuta y con el pelo ni largo ni corto. Es de mediana edad… Pasea un perrillo al que ha liberado de la atadura zarzalea por los alrededores del nacimiento… Es media mañana.

- Y, ¡eso cuando es?

- Cuando llueve mucho, me dice.

- ¡Ah!

- ¿Y cuándo llueve mucho?

Eso solo Dios lo sabe…

Hay una alfombra de hojas secas caídas de los plátanos en el suelo. No hace viento. Día soleado y de cielo limpio. Invita a que uno se deja llevar por la inercia de la contemplación, sin más, sin pedir nada a cambio. Solo respirar, contemplar, ver, mirar. Mucha belleza en nuestro entorno que con solo abrir los ojos…

He atravesado el pueblo. Un tractor, lento y con los ganchos de siembra a media altura dice que viene del campo. ¿Del campo? Si. Despide terrones húmedos, bolas de arcilla mojada. El tractor anda en la sementera. Es el tiempo. Es por San Andrés. Antes, cuando los trigos eran de ciclos largos se sembraban por este tiempo. Ya está arados los barbechos.

Una placa de cerámica sobre un testero informa: a este lugar se le llamó el carrizal. Ahora, no hay carrizos en sus orillas, Un poco más abajo por su curso ‘domado’, ajenos a la mirada del viajero, media docena de patos nadan en el agua clara.  Dicen, también en la placa que aquí, en este lugar, abrevaban los mulos cuando iban o venían de las besanas. Lo han puesto más ‘fino’ y dicen ‘bebedero’ de los mulos… En andaluz haríamos apócope de la palabra. ¿A qué sí?


           

El lugar, casi de paraíso perdido. El agua aflora por un caño recubierto de helechos y musgos. Viene de los acuíferos almacenados bajo la belleza kárstica que cierra el horizonte. El río lo conducen por un lateral del pueblo hacia el Guadalteba. Se la rapiña. Ya no es el río de la Cueva y se lleva la gloria.  Viven ranas, culebras viperinas, gallinetas, bogas, cangrejos; sobre dos muros, en un tronco centenario, de difícil lectura, con un pirograbador han marcado: “yo soy el armazón de una casa”…Bueno si lo dicen.

Otras ocasiones he pasado de largo, esta vez, no.






No hay comentarios:

Publicar un comentario