Cuando yo lo conocí, Antonio, era ya un hombre adulto. Enjuto, de pelo
blanco, y mediana estatura. Tenía dentadura postiza y poco pelo de barba. Antonio
García Cid que era su nombre, vivió en la calle del Carril. Le metió mano a
casi todos los oficios del campo. Vivió en Álora y murió en el Valle de
Abdalajís.
Sentados, a la sombra de la higuera negra, conforme se bajaba hacia el arroyo, desde el desagüe de riego,
antes de llegar a la tercera torna, casi en la linde de la huerta de doña
Mariana que llevaba en renta Franquito Martos no sentíamos cómo pasaban la
horas.
Antonio, venía un par de días antes. Echaba las mimbres en agua y, luego,
sentado en una sillita baja, sin respaldar, componía canastas con dos asas y
canastos. Antonio era un artesano y un artista. Los niños escuchábamos atónitos
lo que él nos cantaba y, como entonces, nosotros éramos muy niños y no había
grabadoras…
Folclorista nato. Compuso letras de villancicos, letras para comparsas y,
sobre todo, pregones. Tenía el sello especial de quien es distinto, de los que
están tocados por esa barita mágica que los hace diferentes.
“Traigo naranjas de la China / de Granos de Oro,
limas y mondarinas / cajelillas de las güenas / que son de las güenas mis
naranjillas. / Venga niña, que traigo güenos limones / y son de los Callejones
/ niña. / Hay naranjas de la
China / de Grano de Oro, limas y mondarinas / y mu güenos
limones pa las enritaciones./ Mércame niña / que ya se marcha el pregonero /
hay revolanderas, señores / pipitas de girasoles / que aunque no mantienen /
las niñas que no tienen novios / ya se entretienen”.
La Peña Flamenca de Álora le dedicó el XVIII
Festival de Cante Grande, celebrado en la noche del 13 de julio de 1991.
Marilina ha colgado esta mañana un ramillete de limones – “y, son de los
Callejones”-; José Miguel Fernández pidió, hace unos meses, a través de facebook
la publicación del pregón… Donde quiera que estés, gran Antonio, te seguimos
recordando…
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