Arrancó el calendario, hace unos días, la hoja de enero. Llegó febrero el que trajo - yo no las he visto -, cigüeñas por San Blas y se lleva las grullas,
el que no tiene un día igual a otro; el mes en el que busca la sombra el perro…
Están las portadas de los periódicos como el mes: revueltas.
Shakira y Rihanna han sacado un video. Movimientos de caderas, imágenes de cama
donde dicen que pudo estar el paraíso. Poca ropa y, encima de raso… Sensualidad
y mucha pero, mucha más imaginación.
La infanta aguarda el suplicio. Es la espera. Tiene que pasar
por la calle de la amargura. Particular amargura la de esta mujer. Del todo a
la nada. No debe olvidar que cerca de la calle de la Amargura - la verdad, la
de Jerusalén - estaba donde el populacho prefirió a Barrabás. Ella oirá
peticiones de República.
Leo: Belén Esteban
rompe moldes de venta de un no sé qué que llaman ‘libro’. Tengo dudas, serias
dudas, que lo haya escrito ella. Debe haber un ‘negro’ (o ‘negra’, que para el
caso es lo mismo) en la oscuridad, en el ostracismo o la penumbra del olvido. ¡Que
más da! “Poderoso caballero es don dinero…” Lo dijo don Francisco de Quevedo.
Llora una mujer. Se llama Amanda Knox. La declaran culpable
de la muerte de Meredith Kercher. Un Tribunal de Apelación – antes salió
inocente- la condena a 28 años de
cárcel. Sexo, marihuana, noches de desenfreno y la cabeza perdida. Ha dicho, en
Seatle, donde vive, que huirá y que la
busquen… ¡Como si pudiese escapar de sí misma!
Luego, dicen, que son los hombres los que siempre pierden de
la cabeza… ¿será verdad? ¿Será que están las habas en flor? A lo mejor, la
culpa de lo que vino o de o que viene, la tiene, febrero.
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