5 de
diciembre, jueves.- El gallinero hispano anda revuelto: no es por la gripe
aviar, no. Es una pandemia política. No hay manera entendimiento. Ahora le toca
la queja a catalanes que presionan para obtener más ventaja y más y más, y todo
lo apetecido en el ‘proces’ es agua de borrajas para cómo están ahora. Hace más
de noventa años don José Ortega escribió: “Pocas cosas tan significativas del estado actual que oír que son pueblos
(catalanes y vascos) oprimidos por el resto de España. La situación
privilegiada que gozan es tan evidente que la queja resulta grotesca”. Se
conoce que a Ortega ya no se le lee, o
no está de moda.
Acabo de leer Ribera de Alfonso E. Pérez Sánchez. Un recorrido excepcional por la
vida y la obra del Spagnoletto. José Ribera
pasa del tenebrismo más realista, a la realidad más luminosa y, por en medio
del camino, el color y las formas; Ribera sensato, viene a decir, si vuelvo a
España el primer año me adoran, el segundo me olvidan; Ribera humano lleva al
lienzo los tipos más duros del campo, de los barrios, del puerto de Nápoles;
hombre de caridad, de religiosidad; hombre, en definitiva de su tiempo, el
siglo XVII.
Se ve
que el Barroco aún tiene mucho de vigencia. El tenebrismo está tan patente que
con solo abrir el televisor para ver el telediario, uno se queda pasmado. No
puede haber tanto mediocre tomando decisiones que afectan a cuarenta millones
largos de españoles, tan largos que están más cerca del cincuenta que del
cuarenta. No puede haber tanto inconsciente diciendo las tonterías que dicen.
Siento
dolor por dentro, de esos que no son físicos. Es ese dolor que a uno se le
viene de la mano de la impotencia. ¿Cómo es posible que en España, en un Estado
del Bienestar y país puntero en muchas cosas, la estadística diga que van
cincuenta y cuatro mujeres asesinadas?
Está claro que se acabó el amor. También se acabaron otras muchas cosas.
Son
patéticas, aterradoras, las crónicas de las muertes de la chica Galicia; hace
un tiempo la de la Axarquía y ahora, la de Valencia…¿Qué puede pasar por la
mente de esos bichos? Después del tenebrismo de Ribera vino la luz. Ojalá venga
aquí pronto la luz, mucha luz y no pase todo con tanta rapidez al olvido.
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