miércoles, 4 de diciembre de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Crédulos




                                      



Asombra la capacidad del ser humano de creerse casi todo lo que le entra por la puerta. Por la pantalla de telebasura, también.

Nos creemos que sus Señorías  - perdón si los ofendo por llamarlos así a algunos – han llegado al Parlamente para velar por nuestros intereses. Van a estar allí un tiempo. No sabemos si breve o largo para legislar. Después de ver el espectáculo de ayer de parte de la tropa cuesta trabajo aceptarlo, pero…

Dicen que ya es el tiempo donde vamos a ser felices por decreto, nos reiremos por decreto y vamos a comer por decreto. Verán felices quienes de verdad van a ser felices son los que se llenan el bolsillo ( o los dos).  

Eso de reírse por decreto tiene, también, su mijita de cachondeo. No por nuestra parte, no. Nosotros haremos lo que nos digan y si hay que poner un pascuero rojo en la chimenea que no encendemos y otro en la entrada de la casa, pues eso.

-         Deme un pascuero hermoso, de los más grandes, le decía una señora a la dependienta de la floristería. Es para la entrada del piso de mi hija…

-         Y ¿tiene luz, en abundancia? Preguntó…

-         ¡Digo, si tiene luz, un foco monísimo que le he comprado en los chinos!

Lo de ser felices es otro cantar. Nos creemos felices. ¡Nos cuentan  milonga!  Las mujeres comprarán unas cremas antiarrugas. Les deja el cutis…¡Ay, Dios mío, como se les va a quedar el cutir! Los hombres, no sé qué perfume y las niñas de veinte se nos van a venir, detrás, en pandilla, a los setentones – bueno, algunos también con menos añitos – o con ese coche con el que se liga… desde lejos.

Me decía el otro día un amigo que le dan calambres en los dedos y se les quedan agarrotados cada vez que tiene que teclear el número secreto en el cajero. Ya se sabe que a quien es tacaño antes había que darle en el codo. Ahora, al parecer, hay que darle masajes que, también se venden,  en los dedos de la mano…

La función acaba de empezar. Pasen, pasen y vean, peces que a pesar de la contaminación “beben y beben y vuelven a beber…”¿Y quieren arreglar lo del cambio climático?







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