Alguien diría que tiene que ver
con un producto que lo soluciona todo;
no. Se puede pensar en magia para las cosas, a lo mejor no va tan descaminado. Alguien se
pregunta a qué viene esta galimatías.
Está en lo cierto aunque desconoce todavía la respuesta.
Corren tiempos de Pasión.
Pregones, presentaciones, besamanos,
Vírgenes y Cristos a ras de de suelo, o sea a la altura de quien se
acerca y, como aquella de la figura que, a escondidas, cuenta el Evangelio, que
quiso tocar la túnica de Él….
La cosa comenzó el viernes por
la noche. Iglesia de la Vera Cruz – “la verdadera Cruz donde murió Cristo”-
dijo Mari Pepa Muñoz que presentaba el cartel de la Piedad. Lo bordó. Esta
mujer, sabe de lo que habla y llega a quien tiene que hacerlo.
Sábado por la noche, parroquia
de la Encarnación. Se acumulan sentimientos. En el preámbulo de la Eucaristía -
en la homilía se pide ‘operarios para la mies que es mucha; los obreros, pocos’, no lo dijeron así; ese era el mensaje - se bendice una imagen nueva de María Santísima
del Amor. El autor, Rafael Cornejo…
Y luego, sí, sí…, entonces
llegó él. Comedido, directo, emotivo, sentido y profundo; campechano, - a veces
con una mano en el bolsillo o con los brazos entrecruzados - con los papeles
sobre el atril y la palabra al corazón.
El hombre con esa media voz que se ha echado
ahora quizá para acompañar a la nueva figura con un montón de kilos menos…
hablaba y hablaba. Contó de la niñez, de la juventud, de la madurez. Enfocó su
presentación porque presentaba el cartel de la cofradía, obra de José Carlos
Torres (ojo a este artista), todo bajo tres premisas: amistad, humildad y amor. Mensaje
a navegantes: “¿qué hago yo aquí?” (Él se lo planteó la primera vez que se puso
bajo el varal de San Juan). El hombre se llama Fernando Martos Pérez.
Junto a donde rompían, hace
muchos años, ahora no, las olas, en las
Atarazanas de Málaga, o sea en San Juan,
Paco Valverde, presentaba un cartel para Fusionadas. Yo no pude estar. Cuentan
y no acaban. Se quedan cortos. Paco Valverde es lo que dicen y algo más. Paco
Valverde arrancó con el pincel en la escuela de Leonardo Fernández. Ya vuela
solo. Va a dar que hablar… Al tiempo.
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