Esta mañana cuando el sol
apuntaba desde el otro lado de los cerros de los Lagares - ¡ay que ver lo que
anda el sol cada día para ganarse el pan con el sudor de su camino ¡– había un
pespunteo de azahares en la huerta.
Habían fichado – porque, aunque
no lo crean, los pájaros también fichan – el cese de la actividad nocturna los
ruiseñores. Pasan las horas de oscuridad en la alameda del arroyo y ellos, que
saben más que nadie de cómo van algunas cosas, son amantes de andarse por los
andamios de la madrugada cuando otros duermen.
Pespunteo de sensualidad. Azahar
de los naranjos amargos, la primera. Contrarresta la acidez que la naturaleza,
o sea Dios, les da, y va y juega y ofrece el mejor de los perfumes de todos los
olores del campo.
Dice el maestro Barbeito que
“el aire de primavera / es una copla sin alas”.
Dice el maestro, también, que aprende a volar y que los cantes corren de
boca en boca, y se hacen guitarra… El maestro que dice muchas cosas bien dichas
sabe de brisas y mañanas, de rocíos y
escarchas y, del otro Rocío, y de Simpecados…
Estaba esta mañana la brisa
suelta. El campo tenía ese hálito del sediento que llega a la fuente que hace
un tiempo que dejó de manar y entonces, de vez en vez, parece que asoma una
gota a modo de espejismo y él se aferra a esa gota divina. Las fuentes del
campo tienen manera de caprichos de algodón. Alguien les ha cambiado el
indicador de los caminos. Se van por otros lados.
El campo pide a Dios que mande
agua. “San José Bendito, agua”…, Las rogativas salían en procesión. Se llegaban
a los sembrados que rodeaban el pueblo. Ahora ya no hay costumbres de esas cosas
aunque la gente del campo lo pide y lo pide y, además, por dentro les arraiga
un convencimiento. Ellos tienen quien
les haga el milagro, y si no, que se lo pregunten a aquel cuando todas las
patronas de la provincia concentradas en la capital eran vitoreadas por los
propios.
-
“Tó es
pa ná – vociferó sobre los demás- la Virgen de Flores, trabá hace más milagros que toas juntas”.
Y, digo
yo, y si, por un suponé, se lo pedimos a Ella…
Muchas gracias por tu cita, amigo Pepe. En cuanto a pedirle la lluvia a la Virgen de Flores, ahora mismo.
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