lunes, 22 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Jardines nuestros

 

 


 Pérgola, Jardín de la Concepción. Málaga

                                  

 

22 de abril, lunes. Málaga tiene tres jardines: El Retiro, La Concepción y el Parque. Sin entrar en chauvismo pueblerino son tres jardines que no envidian en belleza, paz y armonía a ningunos otros que uno puede encontrase en su vagabundeo por España.

Sin movernos del entorno de la capital. Esa ciudad recostada al borde del Mediterráneo por donde nos llegó tanto, ofrece en su interior, casi a la orilla del mar,  de hecho, fueron terrenos ganados al mar, el Parque de quien el maestro Alcánatara escribió: “ramas de brazos cruzados, estaba el puerto tan cerca / que soltó amarras el campo…” En sus lindes: La Concepción y el Retiro. Alguien dijo – y no exageró – que los tres encierran la séptima parte de los jardines más importantes de España.



Jardines de la Cónsula. Churriana (Málaga)


Pero no queda ahí la cosa. Hay dos jardines más. Quizá menos conocidos. Solo un escalón más abajo: San José muy cerca de la Concepción (no hay más que cruzar la carretera y ahora se hace por un subterráneo o subiendo hasta el pantano del Agujero); y la Cónsula, muy cerca del Retiro, en Churriana, al otro lado del Guadalhorce. Encierran tanta belleza que hacen la delicia de los espíritus dotados de la sensibilidad suficiente como para estallar de gozo. ¿Y esto estaba aquí y yo sin enterarme?


Jardines de Puerta Oscura. Málaga


No queda ahí la cosa. Hay jardines menores dispersos por la capital. ¿No me creen? Tomen nota: Los jardines de la Alcazaba, arriba Gibralfaro; abajo la Coracha, ese pasadizo que llevaba al mar; en medio, el palacio mitad fortaleza, mitad residencia. Mirtos, granados, higueras, naranjos de ahazar en abril… Los jardines de los alrededores de la Catedral entre calle Cañón y calle Císter donde estaba el convento donde profesaron las hijas de Pedro de Mena y él puso su taller enfrente, en calle Afligidos para estar en su cercanía… Dos bustos recuerdan al imaginero y a don José Gálvez Ginachero; Puerta Oscura. Estoy buscando una rosa, la rosa del mes de abril Y al verla ponerse como una amapola...” Rafael de León puso la letra; Quintero y Quiroga, la música ¡Qué grandes eran los tres! Los Jardines de Picasso o La Aurora como se llamaron antiguamente.

Hay otros, el del Cementerio Inglés donde me llevé el susto de mi vida. Buscaba unos rosales. Desde uno de los pasajes me salió un pastor alemán. Se me venía de frente. Me eché a sudar… Después resultó ser un animal dócil. El susto, morrocotudo. No he vuelto a ir por allí…

 

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