martes, 25 de junio de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Zhivago






Borís Pasternak nació en Moscú a finales del siglo XIX y murió en sus cercanías, Peredélkino, en la segunda mitad del XX. Poeta y novelista ruso, publicó la novela El Doctor Zhivag.  Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1958. Se vio obligado a renunciar a él por las presiones, entonces, del sistema soviético. La novela se conoció en Rusia en 1988 como consecuencia de la Perestroika. Su autor ya llevaba muchos años, muerto.

La novela recoge la vida de un médico, huérfano desde la niñez y educado por la burguesía rusa. Se casa con Tonia, hija de la familia que lo acoge y, luego,  lo educa  y cría. El amor de Zhivago por Tonia se verá cambiado por la aparición de la Lara, o sea, por el amor total que llena la vida del hombre que entre la medicina y la literatura desarrolla su vida.

La obra transcurre durante los períodos de la Primera Guerra Mundial, la Revolución rusa y la Guerra Civil. Los avatares contrapuestos de los momentos políticos hacen que el hilo conductor sea la supervivencia del amor entre un hombre  y una mujer sobre los acontecimientos.

Omar Sharif,  Julie Cristie y Geraldine Chaplin,  los protagonistas. La película se rodó, entre otros lugares,  en Soria,  en el Campo de Gómara,  San Leonardo de Yagüe, en las cercanías del Burgo de Osma, estación de Delicias y exteriores en Madrid…

 Al  margen de la trama política  en la película se trasmite un mensaje subliminal. Zhivago es un excelente poeta pero su vida de calidad literaria llega a la consagración total cuando Lara aparece en su vida. Hay dos escenas impresionantes: Zhivago se reencuentra con Lara, bibliotecaria perdida en un pueblecito de la estepa. Dicen que tienen que romper con todo aquello, Lara dice que sí; sus ojos, que no…  Los lobos aúllan en la noche. Zhivago escribe y escribe y escribe…

Lara es la musa – parece que en la vida de Pasternak  lo fue Olga Ivinskaia, divorciada, veinte y tres años más joven que él – que hace de Zhivago el poeta admirado y pletórico, grande y admirado como uno de los mitos en la literatura de su país. Ruptura, separación, dolor. El destino tiene cosas así.  Desde un tranvía, muchos años después,  cree descubrir a Lara que camina por una calle de Moscú. Se apea, la sigue; no la alcanza, Zhivago...




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