“Estrellita
marina que vas caminando al norte / dime si podré llegar a Encinasola esta
noche…” No hay respuesta. El viajero antes anduvo por otras
tierras. Llegó a Encinasola bajo un sol abrasador. Se despide la tarde; no hay
estrellas, todavía, en el cielo...
Mourao está solitario. No hay nadie en la calle. No
tiene a quien preguntar. Se detiene lo preciso para captar algunas fotografías.
Desde Mourao va por campos solitarios. Pastos; dehesa, algo de ganado. Un buey
pasta en un cerrado junto a una pared de piedra seca.
Cruzó parte de la Tierra de la Contienda. Lugares de disputas. España y Portugal las
tenían por suyas. Desencuentros de fronteras. Soluciones que dejan más descontentos a unos que a otros; eran
otros tiempos.
En Barrancos tiene una duda. No sabe si es una
avanzadilla de la arquitectura de Huelva o si es que en Portugal gusta mucho la
manera de ser de lo que fue ‘este’ lado. Tejados a dos aguas; puertas y
ventanas de madera; homenaje al “presunto’
y al toro de lidia. Es el único pueblo luso donde el toro se mata en la plaza…
Pasó el Múrtiga… Se llegó hasta la ermita de Flores.
Vio a la Virgen. Le rezó a su modo y manera. Le pidió un montón de cosas. No
sabe si la Virgen esbozó una sonrisa para sus adentros pero él se con algo que
ya sabía: “A orillas de la Ribera / está
la Virgen de Flores…” El camino levantaba una nube de polvo reseco por el
calor del verano.
Tiene cita con el folclore. Son las Segundas Jornadas.
Las comparten con el pueblo vecino. Un coro de mujeres canta coplas del Alentejo;
después, el protagonismo para Encinasola. “Por
ti soy como el olivo / que en todo tiempo verdece; / por tu amor estoy cautivo…”. Previamente,
en una conferencia, se ofrece una muestra del romance en la provincial de
Huelva.
La cosa duró hasta pasada, con creces, la media noche - la
conferencia, no -. la exhibición. Evocan
la Nochebuena marocha. “Dice que no me
quiere / ni me ha querido / váyase lo
comido / por lo servido…” La luna nueva se asomó como de tapadilla. Casi
cantaban los gallos cuando el viajero llegaba al reencuentro confortador con el
sueño…
Tu visita y tus palabras engrandecen esta tierra.
ResponderEliminarTu visita y tus palabras engrandecen esta tierra.
ResponderEliminarLo que realmente engrandece a esa bendita tierra es la gente que nace, crece y da sus frutos en ella.
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