A mi amigo Joan Mas i
Adrover; a todos los que luchan por ganar la batalla; a las familias que están
detrás…
Se presenta y no avisa. Entra y no llama. Llega y se cuela
y, desde ese momento comienza la zozobra, el miedo, la lucha a brazo partido y,
por supuesto, la esperanza. Miles de personas heridas por la cuchillada de la
navaja cachicuerna. Miles de familias con un ¡ay! que se escapa de dentro y no
se sabe a donde llega…
Es una tormenta oscura, es un túnel largo, es el camino al
que, difícilmente, se le ve la punta. Pero la tiene. Uno no sabe de leucocitos,
hematíes ni trombocitos. Uno no sabe de habitaciones esterilizadas a las que se
entra con mascarilla. Ni de aislamientos de meses en soledad. Uno, sí sabe que
hay cientos, miles de personas que luchan con todas sus fuerzas para ganar la
batalla. Y la ganan.
Pero hay algo más. Hay personas anónimas. Pueden que anden
entre los 15 y los 55 años. No se les pide más que dos cosas. Que estén sanas
de cuerpo y de alma. Lo primero no necesitas explicación. ¿Lo segundo? Lo
segundo tiene un nombre: generosidad.
Uno ni es médico, ni
sanitario ni nada que se le parezca. Lee y se entera que para la donación de
médula ósea valen esos parámetro de edad… ¿Para otras donaciones…? Pues, a lo
mejor, lo más sensato es acercarse a donde puedan informarle y… Ya se sabe, lo
que viene después, quien mucho da…
Si hay muchos que luchan, hay más, muchos más que aportan
con su donación a que esa lucha se corone con la victoria final. Se dona médula,
sangre, órganos… Se dona, lo más importante, lo más sublime que existe: Se dona
vida.
Si Dios es Luz, la donación es parte de ese Dios que corre
por cuerpos de otros: a modo de entrega de solidaridad, de sentir que la mano
en el hombro de un que sufre es el mejor de los bálsamos porque en el decir de
don Antonio Machado: “Son buenas gentes que viven, / laboran, pasan y sueñan…”
Y, además, dan vida.
Así es amigo José. Estas enfermedades se presentan sin esperarlas. Para ello muchos seres humanos han comprendido que la donación de órganos es vital. Para estos enfermos nuestros órganos son igual que para la flor el agua. Y estas vidas necesitan de nosotros. Debemos donar nuestros órganos, porque donde una vida acaba otra puede empezar. Y si se puede salir de esta tormenta oscura, ¡Benditas donaciones!.
ResponderEliminar¡ Bendita generosidad del donante !.
Joan Mas i Adrover Gracias Pepe por tu artículo. Son necessrias muchas donaciones de organos pero una de las mas desconocidas es la de médula ósea necesaria muchas veces para superar la leucemia. La donación es muy sencilla. Basta tener la edad que especifica Pepe en su artículo y aytorizar para que te recogan un poco de saliva y determinen tu grupo y después a esperar qu salga algun enfermo compatible. Si sale se ponen en contacto contigo y te sacan un poco de sangre periférica. Ánimo
ResponderEliminarSin comentarios, ya lo explica muy bien.
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