A mi amigo Pillo Lobato, un enamorado de las rosas rojas, como yo.
Diciembre,
15 lunes
Dice el
servicio meteorológico, cuando escribo estas líneas, que Viena soporta – 1º C y
nieva desde la madrugada. La sensación térmica es inferior y como la gente sabe
adaptarse perfectamente – además el pueblo vienés, uno de los más civilizado de
Europa – a su medio, seguro que deben estar pasando el día como algo normal.
Hace
unos años visité, en compañía de unos amigos, el Volksgarten o sea “el parque
de pueblo”. Algo bello, bellísimo, en lugar donde la belleza es algo tan común
como que haga calor en verano o que los pájaros canten al venir el día.
Era
primavera. Volksgarten está considerado como una de las mejores rosaledas de
Europa. ‘Solo’ tiene tres mil rosales y cuatrocientas variedades. Estaba
en plena ebullición. Era una sinfonía de color: rojas, amarillas, blancas… Se
inauguró en 1823. Una parte del parque está diseñado como una extensa arboleda;
la otra, en estilo barraco francés.
Está cercano al Ayuntamiento, al Parlamento, al Teatro Nacional y la Residencia Real cuando el Imperio Austro-Húngaro tuvo toda su vigencia. Es un jardín público donde las rosas tiene todo el protagonismo. Han contruido, una imitación del Templo de Teseo, réplica del templo griego y un monumento a la Emperatriz Sissí. A su memoria también dedican un ‘plátano oriental’, bicentenario.
Pasear por
el parque es una llamada de atención a los sentidos. (El Danubio cercano, y aquí,
la mano Dios, a golpe de vista). Uno no sabe hacia dónde dirigir la mirada. Goza,
se extasía, contempla, admira...Si hay un lugar donde la belleza se imponga sobre
ella misma es éste. Tiene tanto que es imposible abarcarlo todo…
Me
quedo con un rincón mítico. El “Stelldichein”.
Su nombre,
es una palabra vienesa. Significa ‘una cita entre dos enamorados’, muchas veces
en secreto. Lo prohibido y a escondidas es lo que tiene más encanto… Hoy, eso,
ya puede estar superado, cuando se creó el jardín, no.
Las rosas del
Volksgarten florecen desde finales de mayo hasta principios de junio. Sin
embargo, las condiciones climáticas pueden hacer que la época principal de
floración varíe ligeramente.
Ahora, el otoño abre
la puerta al invierno, la rosaleda de ensueño debe estar podada o en espera… Pienso
en ella. Siempre pienso en la belleza a la que es imposible ni siquiera acceder.
Vino a mi vida sin saber cómo ni porqué. Se interioriza, se lleva dentro y se anhela.
La evoco en una mañana, como ésta fría y medio nublada, de diciembre.
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