martes, 1 de junio de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La Farola

 

 


Corre un escalofrío de impotencia. Ahora, en esta Málaga iconoclasta de nuestros símbolos, parece que le han abierto brecha y tiene los días contados, la Farola. Centenaria y solitaria, ella cada noche mandaba ráfagas de luz a las traíñas que desde el tiempo de los fenicios se las andan con las olas de la bahía.

La bahía de Málaga, de olas suaves – cuando no hay temporales de Levante, claro - y gaviotas que compiten con las palomas de Picasso en el parque, es ese lugar por donde arribaba el ‘Melillero’ cada día, o por donde se iban los muchachos. Algunos no volvieron, porque la fuente del Barranco del Lobo manó sangre de los españoles que murieron por la Patria. Pero, eso ya se sabe, son otras historias.

Los faros están en los puntos más inhóspitos, en los acantilados más peligrosos, en esos lugares donde el peligro agazapado espera a los hombres de la mar, y en la noche, ellos dicen dónde está el peligro o dónde está el puerto.

Algunas ciudades tienen emblemas que las hace reconocibles en el mundo entero. ¿Qué sería de Sevilla sin su Giralda?, y ¿París sin su torre Eifel? ¿Se imagina alguien Londres sin su puente, o Atenas sin su Partenón, o Copenhague sin su sirenta? ¿Sería Madrid el mismo sin su Puerta de Alcalá? ¿Y Granada sin la Alhambra o sin el Darro por el Paseo de los Tristes? ¿Hasta dónde son ellas o son sus símbolos?

En Málaga somos más pobrecitos, aquí nunca tuvimos faro y nos quedamos en ‘farola’, nunca rematamos las torres de la Catedral y nos quedamos con una ‘manquita’, nunca fuimos capaces de desviar el cauce del Guadalmedina y le pusimos el remiendo de un pantano, con un agujero en su muro, para que dejase pasar solo el agua que permitía desaguar su cauce…

Ahora, dicen que van a construir una torre mastodóntica – dicen que eso es modernismo y progreso, ¡la madre que los trajo! -  que cortará el rayo de luz que se pierde por las noches en el mar… y, claro, si la luz no llega, la farola ya no tendrá sentido y entonces, alguien volverá a escribir aquellos versos de “adiós Málaga la bella / tierra donde yo nací / fuiste madre para todos / y madrastra para mí”.

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