sábado, 16 de mayo de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Donde se paró la Historia





                   

Arranca desde El Palo y llégate hasta Olías.

El camino sube, baja o bordea la ladera. Primero tendrás cercano el mar; luego, distante, y después lo perderás de vista. Cuando llegues verás que han levantado una ermita a la Virgen del Carmen casi al borde de la carretera. Tú, si quieres, puedes coronar por arriba el pueblo y, después,  proseguir la marcha.

Si miras hacia abajo, junto al arroyo, está Totalán, pero lo dejaremos para otro día.

Rodea el Santo Pitar. Es tierra de almendros y viñas; acebuches y monte bajo; y retamas, y aulagas y almoradú y plantas olorosas. Y zumbar de abejas que liban en el néctar a comienzos de primavera.

Al pie de Masmullar, donde se bifurcan los caminos  te pueden contar que hay tesoros escondidos y ruinas del tiempo de los moros, que “las buscan la gente con afición a las piedras y a los trastos viejos, y a esas cosas, ¿sabe usted?”. Allí ubicaron el posible enclave de Bobastro. Luego, Levi-Provençal dijo  que no, y lo puso en las Mesas de Villaverde, oteando el horizonte de la Sierra de la Huma y de la Pizarra y del Valle del Guadalhorce.

La carretera que te lleva hasta Benamargosa llanea la ladera.  Por aquí el hombre del neolítico dejó  huellas. Si te dicen que en el Cerro de los Frailes encontraron cerámica de la Edad de Bronce, créetelo.

Triana producía, dicen,  “la mejor uva moscatel del mundo”  y El Trapiche que nació al amparo del molino que extraía el azúcar de la caña, son pedanías de Vélez.

Gira hacia el mar en el entronque de carreteras. Bordea el río. De su suelo salían los primeros y más tempranos limones primofiori de Málaga. Ahora cultivan mangos, aguacates, papayas…

El río recibe hasta tres nombres: de la Cueva, de Benamocarra  - de donde era mi amigo Orencio - o de Vélez. Después se une al Guaro y enfila el Mediterráneo. Está cerca, se presiente en la suavidad de los pastos, en el vaho del aire, en la sensación de agrado que te acaricia el rostro al revolver las esquinas, pero no lo ves.

En Iznate los subtropicales han desplazado a la uva moscatel y a la pasa. En la Fuente de los tres deseos si los pides dicen que los concede, si se echa una moneda, yo como no la eché…






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