Su nicho está ahora con una corona
de flores que tapa una fecha y un nombre. Su nicho está ahora en la soledad
de un cementerio bajo a luna casi llena de febrero. Su nicho está ahora, en fila
con otros que también hicieron llorar a otros…
No es fácil escribir cuando a uno
se le agolpan los recuerdos y los momentos. No es fácil escribir cuando acabo
de regresar de donde vengo. No es fácil sacar el rosario de palabras que
desgranan, una a una, las cuentas de las vivencias en veladas largas, en noches
de verano junto al río o en noches de invierno al calor de una chimenea.
Te has ido Paco sin dar ruido.
Mejor, has hecho que el ruido de las teclas de móviles se hayan movido con más
agilidad de la esperada. “Lamento comunicarte que ha fallecido Paco López hace
un momento”… Era el mensaje del amgio. Paco, me dejaste de piedra. Mejor, nos
dejaste a todos, de piedra. Llamo a Paco… Una tontería. Ya sabes, las cosas malas
siempre se confirman. Esta, también…
Rebobino. La última, en casa de
Miguel Ángel Fernández; la anterior, en la de Miguel Ángel Vázquez… Tío, parece
que te buscaste el apoyo de dos que llevan en su nombre el compuesto de Ángel… Los
demás reíamos con tus cosas, con tus ocurrencias, con tu manera de ser….
Nadie como tú preparaba los ‘gintonic’
– ¿te acuerdas, aquellas pepitas de no sé qué cosa rara que le ponías y decías
que era algo especial solo para tus amigos? – ni nadie sabía partir mejor el
queso que tú. Eras primoroso. Eras un sibarita del saber estar, de la elegancia
en la sonrisa, de la ocurrencia – por cierto a Loli, la traías por la calle de
la Amargura con tus cosas - ¡y mira en que calle acabas de dejarla…!
Lo siento Paco. Cuando llegué a
tu casa no fui capaz de llegar al final del pasillo. Me volví en la mediación. Yo
quiero tu imagen de hace unos días cuando nos encontramos por la calle. Quiero
la imagen de esa sonrisa de hombre bueno, porque en el fondo eras eso, solo
eso, un niño muy grande y muy bueno…
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