martes, 24 de septiembre de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Señas









Hay  aspavientos de  mirlos en la huerta. Mi presencia los ha asustado. Esta mañana, por arte de birlibirloque, han salido aleteando entre la frondosidad. Estaban asustados.

Dentro de muy poco los granados alfombrarán el suelo de hojas del color de oro viejo. Aún no les ha llegado el tiempo.  Se maduran las granadas del vallado. Cada vez tienen un color más sensual. Están rosáceas por fuera y dentro, esas perlas ahítas apretadas unas contras otras que nosotros llamamos granos están casi maduros. Chorrean azúcar.

Su corona – la granada es la única fruta coronada – tiene casi curvos los dientes punteros. Eso, indica, que muy pronto van a estar a punto. Me lo dijo un viejo que sabía mucho del campo y a quien yo siempre prestaba atención a lo que me enseñaba…

En una ocasión, me apuntó, cuando veas la nube de Alcalá, esa que se forma, en las tardes de calor,  entre El Torcal y la Sierra del Valle, que es como un coliflor grande, primero, de color blanco y, luego, al poco tiempo, gris oscuro… pues dentro de un rato, si se une con otras, tronará. Eso es una seña de tormenta segura…

Yo le pregunté si en el campo había algo seguro. Me contó que nunca hay dos años iguales, pero hay señas que no fallan nunca. ¿Ves? Me apuntó a la Sierra de Mijas, - que estaba de azul radiante – si aparecen las gatitas – nubes blancas que juegan al escondite – antes de tres días cambia el tiempo… O agua o viento.

Me enseñó, también, que cuando va a venir una tormenta los animales se muestran nerviosos. Las vacas las primeras que detectan la electricidad en los cuernos y los mulos están muy inquietos. Las cabras dan bandazos sin sentido y, de pronto, se echan a correr o se  arremolinan entre ellas como dándose protección ante algo que se le viene encima.

No me dijo nada de los mirlos espantados y cacareantes. No me dijo nada de otras cosas pero sí sabía cuando ladraban los perros por las noches si labraban a una zorra que venía de cacería, a otro perro que transitaba por allí o es si es que venía alguien por el camino… y, cuando el autillo, está ahí, en la casuarina y emite esos gruñidos, entonces, los niños se tienen que dormir porque hace rato que ya es de noche…



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