martes, 16 de julio de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nacimiento de Venus






Botticelli, nació en Florencia, mediación del  XV. Murió, en 1510. Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, su nombre. Fue uno de los máximos exponentes de la pintura del Quattrocento italiano cuando la capital toscana tiene la llave del arte en la Italia de aquel tiempo.

Botticelli fue un hombre raro. Su infancia gozó de cierta comodidad económica – lo crió su hermano –. No se casó nunca; tenía aversión al matrimonio. En su  juventud corre los desvaríos religiosos de la mano del fraile Savonarola. Sin embargo,  la caída del líder religioso, no supuso ninguna represión contra su obra.

Botticelli siempre tuvo la mano protectora de los Médicis.  Lleva, por primera, vez el desnudo al interior de las iglesias. En aquel tiempo, toda una revolución pictórica, El nacimiento de Venus, es un volver al mundo clásico y una manera de presentar el desnudo femenino hasta entonces, totalmente tabú.

En el cuadro juega con la colocación de las figuras. Encara el desnudo y lo mitológico fuera de los tapujos del ámbito y encorsetamiento religioso que pudiese justificarlo. Idealiza el amor personificado en Venus celeste y terrenal, o sea el amor espiritual y el amor terrenal.

Una figura de mujer emerge de una concha marina. Tiene la mirada perdida, sus cabellos un ligero movimiento ‘como en espera de una mano que los mesen’, los hombros ligeramente caídos y el brazo izquierdo alarga la mano portadora de un trozo de su trenza para cubrir las partes púdicas en el cuero de mujer.

La mano derecha oculta uno de los senos; deja, el otro, al descubierto. Las piernas en semimovimiento dan sensación de voluptuosidad a la obra que aparece como algo que surge desde el abismo para deleite y gozo de quien la contempla. Boca y barbilla proporcionada. En su vientre el ombligo a juego y perfectamente delimitado. Sus caderas alargan el movimiento iniciado en los muslos. Otras figuras de la mitología entran en la composición de la obra.

Según Vasari Botticelli creó el tipo ‘florentino’ de mujer. Tuvo relación con Simoneta Vespucci  que aparece en varias de sus obras. Me pregunto, si Botticelli hubiese conocido el arte seductivo de la mujer sevillana, los ojos de la cordobesa, el embrujo de la granadina o el salero de la malagueña… ¿la Venus del cuadro sería la misma?

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