miércoles, 29 de mayo de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La Luz






Dicen que al principio Dios  - debió ser un día que estaba aburrido – creo la luz. Separó las tinieblas para que no estorbasen a los hombres a los que todavía no había creado y así distinguiesen los objetos y las distancias… Bueno, exactamente no fue así, pero ¿a que pudo serlo?

Y, entonces, fue y le dijo al sol que cada mañana aparecería entre el Cerro de la Fiscala y la Sierra de Pozo Hondo y que se asomaría a la vega y que, en los días de nubes de Levante,  se abriría paso para regocijo de quienes sabían que de un momento a otros rompería desde detrás de las montañas. Tampoco, tampoco, fue así,  pero casi pudo serlo.

Dicen que, también, con esa luz hizo que los mares fuesen azules y las crestas de los montes calizos se recortasen con más realismo en los cielos limpios de media mañana y tuviesen tanto realismo que parecían que se podían alcanzar con la mano… No, no fue así.

Y con esa luz los campos se vestirían de florecillas en primavera, y los almendros de flores blancas en enero y los rosales de rosas cuando mayo encañaba los trigos y los nidos de calandrías  se echaban a volar antes que llegasen las hoces de las siegas y… que no, que no… Pero ¿a que  quedaba muy bonito?

Y Dios que lo ve todo  - eso sí, eso sí es así – dio su luz a los hombres para que la trasmitiesen a otros hombre y fue cuando a Lorenzo lo puso a formar a un grupo de muchachos y Lorenzo repartió parte de la luz que Dios había puesto en sus manos y otra que venía de otros hombres y así…

Y así fue como yo conocí que Homero Macauley (Villiam Saroyan, ‘La Comedia Humana’) repartía telegramas en Itaca, California y llevaba la tristeza que emanada de la guerra y Ulises, el pequeño Ulises, saludaba al negro que cantaba una canción en el último vagón de tren…

Y como el viejo añoraba  (Ernest Hemingway, ‘El Viejo y el mar’)  al muchacho  que no estaba allí con él mientras el océano se tragaba las luces de La Habana en la oscuridad de noche, porque hacía mucho tiempo que el viejo no cazaba un pez grande…

Y,  todo, a lo peor, no fue así, pero pudo serlo…




No hay comentarios:

Publicar un comentario