lunes, 8 de abril de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Juan





San Juan Evangelista. El Greco. Santo Domingo el Antiguo. Toledo


Es el prototipo del amigo fiel que no abandona nunca. Es la persona a quien se le puede confiar lo más delicado porque se sabe que va a cumplir. Leonardo da Vinci, en la Última Cena, la obra cumbre de su pintura lo sitúa en contraposición y como alguien antagónico a Judas, el traidor.

En el Evangelio – porque hablamos de Juan, el evangelista – lo señalan, mejor se señala porque habla de sí mismo como el “discípulo amado”. Es el confidente. “Uno de vosotros, dice Jesús, me va entregar”. Y pregunta, y el Maestro le apunta de manera señera. “El que meta la mano conmigo en el plato…”



San Juan Evangelista. Atribuido a Alonso Cano

Dicen que era de Betsaida, cercana a Cafarnaúm, la ciudad al borde el mar de Tiberíades. Era amigo y conocido de algunos de los otros que se echaron ‘al monte’ o sea, que siguieron a Jesús. Pedro, Andrés, Felipe…  Hijo del  Zebedeo y de Salomé, hermano de Santiago, el Mayor, el que la tradición dice que vino hasta España.

Juan, el evangelista tiene momentos estelares en toda la vida de Jesús. De principio a fin. El culmen llega cuando en Cruz, en los momentos agónicos, le entrega a María: “Hijo, ahí tienes a tu Madre; Madre, ahí tienes a tu hijo”.  El día de la Resurreción, las mujeres regresan con el mensaje… Corre y dice que como era más joven llegó primero pero esperó que llegase Pedro.  Hay ya, abiertamente, un reconocimiento a la primacía de la autoridad.

Escribe uno de los Cuatro Evangelios que la iglesia católica reconoce como auténticos. Es el conocido como  Evangelio de San Juan, tres epístolas que no firma porque tiene la suficiente autoridad para ser identificado, y la obra más intrincada y enigmática: el Apocalipsis.




San Juan Evangelista. Tiziano

Juan vivió en Éfeso, ciudad jónica a orillas del Egeo a donde llevó a María tras la muerte de Jesús. En la persecución de Domiciano,  desterrado a Patmos – isla cercana – escribió el Apocalipsis.  Regresó a la muerte del emperador.  Murió muy longevo…

El Greco lo pinta, en el cuadro de El Prado, como un hombre joven, apuesto con un fondo tenebroso para realzar la figura; en el del Monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo – una de sus grandes obras – como una antesala del tenebrismo. Leonardo le da sitio preferente en la Última Cena.Tiziano, Alonso Cano…



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