jueves, 19 de abril de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Heráclito



Nació en Éfeso una ciudad lejana. Está en Jonia, o sea, en Turquía, a orillas del mar Egeo por donde navegaron corrientes de la filosofía griega. De Éfeso sabemos, también, por la carta de Pablo – a los efesios – y por Juan. Se las anduvo por allí antes de ser deportado a Patmos…

 Heráclito vivió casi quinientos años antes. Lo conocieron como  el “oscuro de Éfeso.  Dejó dicho aquello de que nadie puede bañarse dos veces en el agua del mismo río… que es algo así como admitir la evolución constante de las cosas.
Todo es una pura mutación. Todo cambia. La geografía de las ciudades, más. Tan es así que las calles de hoy no se parecen en nada a las de ayer y serán otra cosa bien distinta a las de mañanas. Algunas, tan cambiadas que algún antepasado nuestro no las reconocería.

Las calles del pueblo ya no huelen a pan caliente al amanecer. Las panaderías desaparecieron. En los despachos de pan, ahora, calientan en una máquina eléctrica algo prefabricado que hacen en un polígono industrial… A veces, cuando pasan unas horas uno ya no sabe si come chicle o pan.

Algo parecido ha ocurrido con las tabernas. Una vez escuché al obispo Buxarrais – este sí es de los obispos que creen en Dios, que puso mar de por medio, renunció al boato y se fue a Melilla a la Gota de Leche con los que no quiere nadie – que la taberna era la verdadera casa del pueblo.

¡Cuánta sabiduría! ¡Cuánto encierra la barra de un bar! Yo era del café mañanero en El Potro hasta que Pepe cerró. Allí había una verdadera universidad popular. Hacer la lista de aquellos catedráticos de barra  - por cierto, todos tenían el mejor de los másters, el de la vida – imposible. Se aprendía de aquellos hombres con surcos en la cara y aspereza en las manos.

Luego le tocó a Mateo. Todo pulcritud.  El bar más limpio que he pisado en mi vida. La enfermedad pudo con él. La bajada de persianas nos dejó a muchos como pajarillos voleteros buscando una rama…

Ahora, Antonio Gil, ‘Lo de Antonio’, dice que también echa la corredera. Se acabó el mejor vermú. Se une a la lista de Asaura,  Salamero, La Balita, Periquete, Tito Pepe, Chávez,  Salvador…Ya nada será igual.  Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. Lo dijo Heráclito.




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