domingo, 11 de febrero de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Málaga


Esta tarde me he bajado al puerto. Tenía ganas de mar. Tenía ganas de ese olor a brea que solo tiene el mar de Málaga cuando el sol le hace una reverencia a la sierra de Mijas y se esconde detrás del horizonte y se va – como la Lola – buscando otros mares.

La Málaga de Plinio y Alfonso Canales; de Altolaguirre y Prados y el Maestro Alcántara; la Málaga de Barbeito en aquel pregón cuando julio llamaba a la puerta porque “el mar por La Malagueta / es ensayo de faena / que va peinando la arena/ con la mejor muleta”.

La Málaga del Cautivo y legionarios percheleros; la Málaga de calle Mármoles, espada que escindía en dos la Trinidad. Posadas  para las gentes de los pueblos y el Guadalmedina que esparcía, a voleo,  llanto de riadas; de “jaberas” de  puesto callejero: “Barrio de la Trinidad / cuántos paseos me debes / cuántas veces me han tapao la sombras de tus paeres”.

Málaga estaba esta tarde de azul y nácar; de gloria y dulzura, de palomas de Picasso perdidas – otra vez, Maestro, y muchas más, navegando por los versos de aquel niño que estudiaba segundo de jazmines, porque ya no se estaba en guerra aquel verano, aunque sí, sí que había carreras de sirenas y delfines y tranvías con jardineras y esas flores…”Viva Málaga que tiene / Caleta y el Limonar/ y un parque…

Es la Málaga de Rittwagen y Leonardo; de Valverde – puñetero cada día pintas mejor, y es que tuviste muy buen maestro – y de una Rosaleda de luto. Jaime pinta la Málaga de cuando éramos niños; de soldados de uniformes y gatos que toman el sol. Tranvías con sacos de coloniales que iban y venían de Marineto o  de Guerrero de las Peñas. Leonardo es el color llevado al lienzo, es el pincel que deja una gota y ya no sabemos si es agua o es esencia que no quiere irse. Hay una cosa clara. Es arte.

La Málaga de chaquetes – “lluvia frita” -  y de la copla; de gente que se tira a la calle y lo invade todo y lo llena todo y hace que los barcos atracados estén soñando con gaviotas a babor y una torre lejana con campanas que nadie escucha  porque ya no vienen piratas por la costa. Málaga de cielo azul y pespuntes de nácar…




No hay comentarios:

Publicar un comentario