“El pintor de los Callejones”
vino a Álora para quedarse. Se afincó, y aquí se le tuvo, hasta que la cruel
enfermedad nos lo arrebató, como alguien propio. Llevó la imagen de Álora, a
través de sus lienzos, desde Seatle en el estado norteamericano de Washington
hasta su Pau natal en el Departamento de los Pirineos Atlánticos. Su pincel
trasladó al lienzo la arquitectura popular, el paisaje de nuestra tierra, la
luminosidad de nuestra cal. José María Luzón en su tiempo de Director del Museo
del Prado dijo de él: “En Álora ha descubierto esos pueblecitos blancos de
belleza asimétrica, de tejados desvencijados por el paso de los años, de
paredes abombadas que parecen sostenerse milagrosamente en pie gracias a la cal
de cada año”.
MORALES GARCÍA, J. Diccionario Histórico-Geográfico de Álora y su término municipal.
Servicio de Publicaciones de Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 2008
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