sábado, 8 de julio de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora: Las nuestras: Doña Jimena

Mujer enigmática de la que conocemos muy poco. Su vida transcurre en una nebulosa donde las especulaciones, la mayoría de las veces, toman cuerpo, hasta el punto que su figura ha sido muy manipulada en conveniencia de intereses de conventos, de historiadores e incluso de zonas geográficas.

De su vida sabemos como cierto que vivió cuando comenzaba el milenio,  estuvo casada con Rodrigo Díaz de Vivar,  fue ‘señora de Valencia’ y  sus restos, después de ser enterrados en San Pedro de Cardeña, en el siglo XX,  fueron trasladados conjuntamente con los de su esposo a la catedral de Burgos donde reposan.

La primera duda surge en su origen. Se cree que era natural de Cangas de Narcea, Asturias, apoyándose en un documento que existe en el monasterio de Corias fundado por su abuelo, Fernando de Gundemárez, en 1032. No prueba nada.

La fecha de su nacimiento se sitúa probablemente en 1116. Contrajo matrimonio, en la iglesia de San Miguel de Palencia, casi con treinta años,  - una edad avanzada para la época -  con Rodrigo Díaz de Vivar, el “Cid campeador”, entre julio de 1974 y mayo de 1076. A la muerte del Cid fue señora de Valencia entre 1099 y 1102.

No se sabe si acompañó al Cid en su primer destierro , 1080-1086, como caudillo del  ejército del reino andalusí al servicio de Al-Muqtadir, Al_Mu’taman y Al- Mustanìn, en a la taifa de Zaragoza.

Al iniciarse el segundo destierro,  en 1089, estuvo en prisión con sus hijos, Cristina, Diego – muerto en la batalla de Consuegra, 1097 – y María, por mandato de Alfonso VI con quien tenía relación de parentesco al ser hija de una prima hermana del rey  y no sobrina directa de él como algunos historiadores han afirmando.

Los monjes de San Pedro de Cardeña en el siglo XIII pretendieron revitalizar su presencia y la del Cid en el monasterio con fines de recabar fondos pero nunca tuvieron una relación directa, salgo que le sirvió de residencia a en sus últimos años y, luego de sepultura.

A la muerte del Cid, Alfonso VI abandonó  la ciudad a los almorávides.  Parte para tierra castellana.  Un documento existente en la catedral  Salamanca recoge una donación a la catedral levantina. Murió con 70 años en 1146, en Burgos.


Sus vidas, llevadas al cine, fueron encarnadas por Charlton Heston y  Sofía Loren.

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