miércoles, 8 de marzo de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Sol del Río

A media mañana el bar se queda vacío. El bar según qué hora cambia de personal. Temprano, los que madrugan. Son hombres que acuden al trabajo. Café, copa; desayuno rápido.  Tienen prisa.
Entra el día; cambia de público. Acuden las madres que dejaron a los niños en la escuela cercana. Son mujeres jóvenes.  Vienen en pandillas de tres, cuatro y hasta cinco. Desayunan sin prisa. Su reloj marca un horario diferente.

En una mesa, conforme se entra, a la izquierda,  un matrimonio mayor. Su desayuno, convencional. Café doble, tostada  - casi nunca la terminan -. Una aceitera, y…  Ella regaña al hombre porque le pone sal a la tostada. Le recuerda lo que  dice el médico y  que la sal es mala.

Él no hace caso. Pide un vaso de agua. Saca de un pastillero unas grajeas de colores.  Pregunta si ahora toca la roja o la azul. La mujer le vuelve a recriminar. Le dice que no; la verde… Ella le dice que no tiene cuidado y que cualquier día se ‘envenena´...

Por las cristaleras – porque el bar está orientado a sol naciente – entra el sol de la mañana.  Llega hasta la mediación del salón; la iluminación, buena. Cuando abren la puerta de cristales  que da a la calle entra aire fresco…

Sobre la pared, frente a la barra,  una foto  grande de cuando aquella parte del pueblo era campo. La orujera, unas  casas, un corralón, un almacén  que el tiempo integró en el configurado urbano…
La barrar, larga. Varios paisanos, uno con bigote caído de estilo mexicano; otro, con un mono de colores y un letrero en la espalda. Hay un hombre que bebe una copa de licor duro; hay quien está solo. No habla con nadie. Pierde la mirada en la pared de enfrente.

No hay ningún periódico sobre la barra como en otros bares para informara a la clientela; nadie hace caso a la televisión. Aparece un hombre. Tiene el andar lento; cansino. Trae un cesto con verduras. Viene de la huerta. Llega, a la izquierda, hasta el final. Entra en la cocina; es el dueño.


Sobre el río, al fondo, se abre una cristalera. El paisaje excepcional. Las huertas,  en el meandro; un poco más allá, la estación. Se encarama el pueblo blanco. Arriba, muy alto, el cielo azul. 


La imagen puede contener: montaña, cielo, árbol, exterior y naturaleza

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