miércoles, 29 de marzo de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Polémicas



                                


Varios aldabonazos saltan hoy al ruedo de la prensa. Leerlos duele. Miramos para otro lado; somos humanos. No queremos escuchar lo desagradable. La gente, sin embargo tiene problemas; muchos problemas; algunos solucionables; otros, para echarse a temblar.

El estado de la red ferroviaria en algunas zonas de España, lamentable. Almería pide conexión con el resto de Europa; el Campo de Gibraltar, en el olvido. De Algeciras a Bobadilla, existe el mismo trazado de vía que observaban los bandoleros cuando recorrían la Serranía de Ronda a caballo.

En la Sierra de Huelva claman por una autovía que enlace las dos capitales de provincias limítrofes: Badajoz y Huelva. Dicen que sería una salida a la despoblación de la zona; una inyección a la economía y una facilidad para la atracción del turismo al que ven como tabla de salvación.

Dice la Junta que saca tropecientas mil plazas para opositores dentro de unos meses. Desde la distancia veo la zozobra y la inseguridad de quien ansía porque lo necesita un puesto de trabajo…

Hay una tercera. Dura, tremenda. Humana. Una porteadora muere aplastada por una avalancha en Ceuta. La apertura de un nuevo paso fronterizo, dicen los que saben, ha sido un efecto llamada para la gente que lucha contra su propia miseria y buscan en el tráfico de mercancías una salida para su angustia económica.

Se llamaba Suad al Kathabi, era ciudadana ‘del amable vecino de enfrente’, o sea, Marruecos;  tenía veintidós años. Era madre de un bebé de cinco meses. Su marido se sintió indispuesto. Ella cargó con el fardo. Eso lo hacen miles de personas cada día. La muchedumbre no tiene espera. A veces hay un cierre de fronteras imprevisible; viene la avalancha. La muchedumbre la pisoteó y la aplastó.

Estas personas sobreviven con lo arañan de su propia miseria. Dice el periódico que, a algunos, no les da ni para pagar la luz y el agua. Pensar en otras cosas es deslizarse por los caminos de la utopía.


 Nosotros mientras tanto planeamos las vacaciones que llegan y  hablamos de que ya está aquí el buen tiempo. Chicas monísimas se bronceaban esta mañana en La Malagueta. Probablemente alguna sea de la misma quinta que Suad. Seguiremos mirando para otro lado; no pasa nada.


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