Era otro día cuatro; era, también, diciembre; era
domingo; también, llovía. Era una llovizna tenue, suave, casi imperceptible.
Había amanecido un día en que Andalucía se echaba a la calle. Pedía Autonomía.
Ni más ni menos que otro. No; quería, al menos, una igual. O sea, la suya.
Málaga, la gente de Málaga. Ya saben aquello de “Caballeros
de Jaén, Señores de Córdoba, Señoritos de Sevilla y… “gente de Málaga”. Pues
esa la Gente de Málaga - con mayúsculas
-, ni más ni menos, simplemente, igual, pedía para todos la autonomía.
En la esquina de calle Vendeja, en la confluencia
con la Alameda de Colón una bala asesina – las balas no son asesinas, asesinos
son quienes las disparan – cegó una rosa que aún no había abierto en el rosal
de la vida. De eso hace, treinta y seis años. Sabemos que el chaval, ‘gente de Málaga’,
se llamaba José Manuel García Caparrós;
del que disparó, nunca más se supo.
De lo que vino después… No merece la pena revolver
(revólver con tilde es la otra cosa que aterra). Quienes se apropiaron interesadamente;
quienes pudiendo, no quisieron; quieres quisieron y no pudieron; quienes ni lo
uno ni lo otro; quienes….
Otro cuatro de diciembre; también domingo. Llueve.
Dicen que la borrasca ha entrado por Cádiz. El viento sur con tinte de levante,
ha traído gavillas de nubes. Se han soltado en la mitad del cielo. Han
descargado tan agua que no se ponen de acuerdo de cuánta ha sido. Desastres y tragedias
humanas; desastres económicos.
Otro cuatro de diciembre se ha llevado por delante
otra vida. Dice el periódico que ha sido en Estepona. Una mujer, también,
joven. Dicen que rumana. Por el lugar donde trabajaba seguro que no había
venido a la Costa del Sol de turismo caro de ese que se alojan en los hoteles
donde no puede acudir todo el mundo; no.
En la radio dicen que pidió auxilio por teléfono. No
le pudo llegar la mano que la salvase. Le prometo por lo más sagrado que estoy hecho
polvo. Pobrecita. Me duele Me duelo, seguro que todos nos dolemos. Toda la gente de bien se
duele por la muerte; por las que no
tienen sentido, más. Es domingo; otro día, cuatro. Es diciembre. Llueve.
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