martes, 4 de octubre de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Chiquito

Málaga, la que tenía tranvías de sol con jardineras en palabras del Maestro Alcántara; Málaga,  la de tantas tabernas – cuando las tabernas eran de verdad y no ese diseño de modernismo igualatorio – que agobiaban a las pocas librería que osaban abrir su puertas; Málaga, la que veía venir al ‘Melillero’ por la Bahía con el correo diario de África…

Málaga tiene, también, dos ‘Chiquitos’. Uno, el Nazareno de rodilla en tierra tallado por el perote Navas-Parejo. Viene del Perchel, bueno, de lo que queda del barrio de pescadores, desde el final de calle Ancha del Carmen, en la noche del Jueves Santo; el otro, baja desde la Calzada de la Trinidad para pregonar barrio y nombre por el mundo entero. Uno, se llama Jesús; el otro, Gregorio.

Compartía mesa y tiempo con Antonio Jesús López Nieto. Él, camino del Mundial de Corea. Los amigos del gastronómico convocados por Paco, Paco Rengel, le deseábamos suerte… Ya se sabe. Le pregunto por el momento más estelar de su vida. No lo dudó: “Pepe, la noche que entré de mayordomo de trono del Chiquito por calle Larios…”

Anoche, Bertín Osborne nos enseñó a un ser humano excepcional. Se llama Gregorio Sánchez, como aquel torero de cuando yo era niño y del que decían que siempre dejaba las grandes faenas para Málaga y para Madrid… Este Gregorio  lleva por nombre artístico el de su barrio.  Sus grandes faenas han entrado en la salita de estar de cada hogar…

Anoche hizo, quizá, la mejor faena. La bordó con el recuerdo de su mujer. Ya no está. Transido por el dolor el hombre le pudo con el humorista. La vida le arrebató  - “Señor, ya me arrancaste lo que más quería” que escribió don Antonio – y él lo dijo con la naturalidad con que habla la gente que  es grande, muy grande: “Me ha roto el corazón y el sentido. Ella era mi vida”.


Gracias, Chiquito; gracias, Gregorio. No has tenido que hablar un lenguaje raro y rebuscado. Has hablado en ese hablar que todos entendemos… Gracias, Chiquito-Grande.

Resultado de imagen de casa de guardia

4 comentarios:

  1. Tuve la suerte de compartir con A.J. Lopez Nieto hace muchos años cuando yo era un incipiente trencilla y el militaba en la primera regional y en la UCD de D. Adolfo.A Gregorio lo conocí cuando era palmero y se buscaba la vida en la noche malagueña, ha llovido mucho y pienso ¿tan viejo soy?.Admirado Pepe cada vez que leo algo tuyo me transporto a mi pasado y recuerdo las palabras de mi padre "hagas lo que hagas enamorate de ello y nunca te arrepientas de nada". Gracias por tus cuadernos. J. V. Montiel Candial

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    1. Somos parte de un pasado que va con nosotros y no sabemos qué es pasado y qué somos nosotros, amigo mío.

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  2. Pues, querido Pepe, yo he tenido la suerte de ser compañero de Chiquito de la Calzada en la radio, donde coincidimos tantos con otro malagueño, el malogrado Antonio Herrero, bruto, sí, pero noble. Y por derecho. Chiquito era el alma de La Mañana de Antonio Herrero. Hicimos programas juntos en Madrid, en Málaga, en Port Aventura, en Valladolid y no sé en cuántos sitios más. Chiquito era lo que es: un corazón con carné de identidad. Y a su lado, siempre, alma gemela, la encantadora, irrepetible Pepita, a la que todos queríamos. A ver qué remedio, con gente tan buena...

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    1. ¡Qué elenco, Antonio, qué elenco! Puras sangre de todo lo bueno que ha pasado por la radio española.

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