martes, 27 de septiembre de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Don Manuel

Don Manuel – “el obispo del Sagrario abandonado” - nació en Sevilla, siglo XIX. Su familia, humilde. Su padre, carpintero; la madre se encargaba de la casa. De Antequera, a Sevilla. Buscaban otra vida.

En su casa - dejó escrito -  se carecía de casi todo, excepto de una profunda religiosidad. Forma parte en los seises de la catedral. El seminario, el sacerdocio, una experiencia en Palomares de Río. Se encuentra un Sagrario ‘con telarañas por dentro’…

El cardenal Spínola lo manda a Huelva. Tiene 28 años. “Si no puede con lo que se va encontrar, vuélvase” le dice en  su despedida. No  regresa. Hace una labor social y pastoral inmensa; lo va a llevar al episcopado.

Don Manuel encuentra en Huelva problemas enormes. El 80 % de las mujeres, analfabetas; en los hombres, el 60. Niños sin escolarizar; viviendas hacinadas; miseria, hambre, explotación… No hay trabajo. Mujeres y niños trabajan sesenta y cinco horas semanales en Riotinto. La sanidad no existe…

Dos parroquias enfrentadas. La Concepción, de los ricos; San Pedro, de los pobres. Desde Valverde  ponen orden. Entre curas, se llaman, ladrones. A su llegada a San Pedro, los niños lo apedrean…

Aparece don Manuel Siurot ‘su otro yo’. Realizan una labor soberbia. Don Manuel sabe que para llegar a Dios, antes hay que comer; después, lo otro. Crean panaderías sociales, construyen viviendas, escuelas, becas de progreso… Expande  la devoción a Jesús en la Eucaristía. La proyección social y religiosa, imparable.

En Málaga continúa la labor. Es el hombre de frases hechas: “servir a la Santa Madre Iglesia de balde y con todo lo nuestro”; “Señor, aquí está, Juan”; “he construido el seminario de Málaga con cero – y lo repite hasta los seis dígitos- cero, pesetas”…

Su confianza en la Providencia, total. Seduce; toca conciencias. Tiene, también – porque los santos, dicen que son humanos, sombras -. Huye del palacio episcopal en llamas. Mayo, 1931. Se refugia en Gibraltar. No volverá más a Málaga. Muere en Madrid tras un paso efímero por el obispado de Palencia. ¿Diócesis menor? ¿Desengaño de los hombres?


La iglesia lo va a canonizar dentro de unos días en Roma. Se han organizado actos en su memoria. Casi un desconocido para muchos; algunos, no lo perdonan; otros, casi no saben de su existencia; hay, incluso, a quienes no les interesa…

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