martes, 19 de julio de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Jugarretas

El destino juega a su antojo. Hace lo que le da la gana y, a veces, aparecen noticias que serán por un casual pero que nos hacen esbozar  una sonrisa de esas que encierra más que muestra.

En  Málaga los curas vivieron durante muchos años  – ahora se entra por otra puerta – en calle Fresca; las mujeres de vida licenciosa y amigas de hacer favores tuvieron estancia, en calle Beatas; en Álora,  un cortijo se llama Poco Pan, y una barriada, Poca Agua…

Por cierto. Se encuentran en la feria. Paseo; calle arriba y calle abajo. La conversación entrecortada. Puede la timidez. Palabras las justas. Hay que romper la situación:

-          Niña, ¿tú de dónde eres?

-          De Poca Agua.

Se atreve ella; viene, el contraataque:

-          Y ¿tú?

-          De Poco Pan

Ella entre labios deja escapar:

-          ¡Vaya porvenir que tenemos nosotros…!

La gente se va de juerga. Los ‘Sanfermines’ es la gran fiesta totémica del norte de España. Acude gente renovada cada año. Los hay, también,  fieles y peinan canas en su exhibición mañanera ante las cámaras de televisión. Antonio Ordóñez y Hemingway le dieron  proyección internacional.

Pasó el tiempo. Don Ernesto sigue siendo más conocido por El viejo y el mar y por Las nieves del Kilimanjaro y ¿Por quién doblan las campanas? Fue el padre putativo de un macrobotellón que, entonces, ni él lo sabía, ni lo soñaba, ni se conocía con ese nombre; don Antonio por aquel rincón donde entraba el estoque…

Se han corrido, en Pamplona, toros de ganaderías míticas. Algunas con nombre que al pronunciarlo casi asusta; otras, de esas que se abren camino entre los que se llaman ‘toristas’ y mandan animales más cercanos al búfalo – por la corpulencia – que al animal que Fernando Villalón quería criar con ojos verdes en la marisma.


Entre los asistentes ha ido gente de todas leches. Los que buscan la diversión y los que van a meter la pata. Casi en los albores, salta la noticia. Un puñado de detenidos por presunto intento de violación. El juez no se ha andado con milongas; los ha puesto entre rejas. El destino se la ha jugado a uno de ellos. Se apellida: Prenda. Y es que hay cruces…

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