martes, 31 de mayo de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gallinero

La tierra de Cameros se extiende desde las cumbres del  Sistema Ibérico, que aquí se llama Sierra Cebollera, hasta la vega que siente cercana al Ebro. Los que saben de Geografía dicen que se dividen en dos: Camero Nuevo y Camero Viejo; en medio, la sierra que le da nombre.

El viajero sube. Orilla el río Iregua; o sea, por el Camero Nuevo. Deja tras sí Islallana y Viguera. Lo lleva la N-111, la que va de Logroño a Medinaceli por Soria y llega a Torrecilla en Camero, uno de los cinco pueblos - Muros, Sotos, Santa María y  Torre - que asienta su identidad con la preposición ‘en’; los otros, los restantes, todos,  con ‘de’, ‘de Cameros’…¡Cosas!

En el ayuntamiento - aquí nació Mateo Práxedes Sagasta - lo recibe una funcionaria. Le dice lo que busca; le pone a su disposición los padrones municipales de finales del XIX. La señora es toda amabilidad. El viajero no encuentra el documento deseado. La investigación tiene esas cosas.

En Pradillo gira a la izquierda. Un bosque de hayas cubre el camino. Todo es umbría; todo es belleza; todo es misterio; todo es encanto… Todo es esperanza. Llega a Gallinero de Cameros, claro. Tiene censado veinticinco habitantes. En el pueblo, viven diez.

Sube, baja, patea el pueblo. Solo encuentra a uno. Se llama Mario. Amable, atento, cordial. El viajero le pregunta; el hombre, responde; vuelve a indagar por cómo ir al Solar de Tejada; le indica. Después, se interesa, porque es hora,  dónde comer, lo envía a Villanueva, “conforme se pasa el puente; dígale que va de mi parte”. El viajero obedece. No se arrepiente.

Por la tarde el viajero se llega a Villoslada de Cameros. El pueblo está recostado en una ladera. Tiene poco más de trescientos habitantes. Busca el Centro de Interpretación de la Sierra. No tiene suerte; está cerrado.


Sigue camino hacia la Venta de Piqueras. El viajero sabe de la calzada romana que unía Varea con Numancia y de la ermita de la Virgen de la Luz. Esta vez tampoco hay suerte; la ermita, también, cerrada. No encuentra a nadie con quien hablar. Sigue camino; el río baja con agua clara y fría en sentido contrario. Esas cosas pasan.

2 comentarios:

  1. Cameros, verjel de robles y hayedos, conjunto de sensaciones que reabren la cicatriz del tiempo..

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  2. Y, todo tan entrañable que a uno le entran ganas de volver...

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