sábado, 5 de marzo de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Embrujo

Al Barranco se entra por la calle Ancha, conforme se sube, a la izquierda, antes de llegar a la curva desde donde se da vistas a Las Torres recortadas en azul del cielo; a la vega, por la derecha.
Puedes entrar, también, por la calle Postigo. Está al fondo de la Plaza Baja de la Despedía, en el otro extremo, asomada casi con timidez como quien no quiere que la vean y gusta de estar oculta.

Las dos son calles con historia. Por la calle Ancha, el acceso a la fortaleza; por la del Postigo – el Postigo del Adarve – se salía del castillo, se ‘mandaba’ la gente llana del pueblo, se abrían paso entre los muros y el caserío.

En el suelo el Barranco nació uno de los romances más bellos de la épica castellana. Comienza así: “Alora, la bien cercada, / tú que estas en par del río, / cercote el Adelantado / una mañana en domingo…”

Verás. Mediación del siglo XV. 1434 por más señas. Diego de Ribera – Gómez de Ribera – para que nadie se nos quede corto pone cerco a la fortaleza de Álora. Era Adelantado de Andalucía. Tiempo de guerras y enfrentamientos en la frontera.

El cerco es duro; durísimo. La resistencia, enorme. Dice la Historia que era por primavera; el romance cuenta de la huida subiendo al castillo con los enseres, “las moras llevan la ropa, / los moros harina y trigo, / y las moras de quince años/ llevaban el oro fino”.

Desde una de las almenas le piden tregua, le anuncian el rendimiento. Ni lo uno ni lo otro. “Allá detrás de una almena / quedado se había un morico / con una ballesta armada / en ella puesto un cuadrillo”.

Dispara, hiere mortalmente al Adelantado. “sacole Pablo de rienda de rienda / y de mano Jacobillo / estos dos que había criado / en su casa desde chico…” ¿Cabe más fidelidad?


Pequeño albaicín – “barrio en cuesta y pendiente”, que es el significado de su etimología – en la Álora que va de la mano de la Historia. Felipe Aranda ha captado su duende. ¿Cabe más embrujo? ¿más misterio?;  y, por si fuera poco, viene la noche y juega al escondite con las sombras.

1 comentario:

  1. En aquellos tiempos Álora era plaza fuerte. Tan fuerte, que cuando los Reyes Católicos decidieron ir “en serio”, fueron los propios monarcas los que encabezaron el ejército cristiano. No era, por tanto, una plaza baladí. “La llave de Ronda y el cierre de Málaga”, dicen que dijeron en el consejo de guerra, donde se decidió la estrategia. Además, tiene para mi un regusto especial y, si me apuras, un poco de vanidad. De las 395 entradas de que consta hasta hoy mi blog, la “Conquista de Álora” está la primera, cercana ya a las mil visitas. Hoy, queda de todo aquello, el regusto del embrujo y el misterio. Por algo será...

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