viernes, 8 de enero de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cuarto menguante

La luna - la clarividencia de algunos, también -  está en cuarto menguante. Todo el mundo sabe que la luna tiene cuatro fases. Su ciclo dura veintiocho días;  su influencia, enorme: en la vida de los seres humanos, en la siembra de bulbos, en las mareas…

En la menguante de enero se podan las parras, los ciruelos, los rosales, los granados, los jazmines…Estoy en ello. La menguante de enero, además, es vital para la siembra de los ajos. Lo avisa el refrán: “Tantos días tiene enero como ajos pierde el ajero”.

Con este tiempo tan duro las parras ya apuntan en las yemas; reventonas, prietas. No se puede perder ni un solo día. No sé cómo se las arreglan en La Rioja o en La Mancha con tanta viña. A lo peor, allí, no hacen caso a los refranes…

Amaneció un cielo limpio y azul. Cambió el aire a Poniente. Al mediodía aparecieron unas nubecillas por la parte de Los Cortigüelos y Alcaparaín. Se entoldó la sierra. El cielo se puso precioso. Eran nubes de agua. Venían cargadas. Dicen que es el anticipo para lo que vendrá dentro de unos días. En el campo esperamos el agua con verdadera necesidad.

El carbonero macho – el pajarito del agua – es un pajarillo de pluma poco vistosa. Tiene la cabeza tocada con pluma negra, bufanda blanca y el cuerpo grisáceo; la hembra es hermosísima: su pluma, muy llamativa; alterna los verdes y amarillos. Su cuerpo pequeño es un mosaico de colores.

Los que saben dicen que solo el macho es el que canta. La gente del campo cree que responde siempre a la pregunta: “pajarito del agua, ¿va a llover?” Y según hace, luego el tiempo, se dice que dijo: “sí, señor, sí señor” A veces, es como que no… Cosas que pasan.

Esta mañana, además, en el soto del arroyo, cantaban los mirlos. Ya están abriendo celo los chamarines; pasó una banda de jilgueros; de rama en rama saltaba un pichi… ¿Quién dijo que el campo está en silencio.

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