domingo, 24 de enero de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Vergüenza

La línea 23 de  la EMT, en Málaga, va desde la Alameda principal al Parque Cementerio. El recorrido largo: Armengual de la Mota, Mármoles, Martínez Maldonado, Avenida Carlos de Haya… La línea sirve a vecinos, universitarios y usuarios del Hospital Regional.

La señora tiene los años suficientes para no ser joven y le faltan para ser mayor. Llega a punto de salida. Casi hora punta. Está lleno el autobús. Se queda de pie; no hay asientos. Arranca. Tirón brusco; casi pierde el equilibrio:

-          “Porque yo estoy mu mala, mu mala. Me duele tó. Yo tengo muchos dolores. Nueve pastillas. Me tomo nueve pastillas diarias. Menudo negocio tiene conmigo el de la botica. Menos mal que me las dan sin recetas, hasta que voy a los médicos…”

Nadie replica. El tono se eleva. Sube el volumen de comunicación. No mueve la compasión de los que tienen asiento. Al primer frenazo el cuerpo se va.

-          “Mira, y encima estos frenazos. Quita el aire que me mareo. ¡Hay que ver qué poca vergüenza…”
Nadie comenta. Los pasajeros aguantan el chaparrón. Miran para otro lado. Continúa la disertación.
-          “Hay que ver la poca vergüenza que está queando. Porque yo estoy mu mala. Me duele y no se levanta nadie…”

Llega la primera parada. El vehículo se estaciona junto a la acera; abre las puertas. El compresor de apertura hace un ruido mecánico:
-          Schippssss…

-          “Y, a mí no me calles. ¿Te has enterado bien? Que a mí no me calla nadie. ¡Nadie! ¡Hasta ahí podíamos llegar! Que hay mu que requetepoca vergüenza. Con lo mala que estoy yo. Porque yo estoy mu mala…

-          Se cierra la puerta.

-          Schippsss…

-          “Y, encima ¿te vas a reír de mí? ¿Dónde vamos a llegar…”

-          “Señora - contesta uno – yo, a Carlos Haya. Y, usted cómo siga dando el coñazo, cuando pase el autobús por el Parque Cementerio que la metan dentro, y echen la llave por fuera…

El gran Matías, muchos años antes, replicó, a quejas parecidas…

-          “Porque no hay vergüenza.


-          “Señora, lo que no hay son asientos”

1 comentario:

  1. Es que se ha perdido todo Pepe...Aquí han tenido que poner asientos solo para inválidos y pese a todo, muchas veces estos van de pie a no ser que venga el “segurata” del metro o el bus, lo cual tampoco es garantía, si los ocupantes son varios y folloneros. Aquí hemos avanzado un poco en tu afirmación, porque como ves no hay ya ni asientos, ni vergüenza...

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