martes, 19 de enero de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Crispaciones

La gente echa chispas. Salta por nimiedades. Hay demasiada agresividad. Alguien dice que con las cosas de comer no se juega.  Pueden perder plato, tajada y cuchara. Hay  miedo a la pérdida del sillón…

Aparecen situaciones incomprensibles. Ocurre entre gente que debe tener una formación; no la tiene. ¿En qué calle se perdió el sello de eso llamado señorio? A lo mejor, no servía de mucho; facilitaba la convivencía.

De las tertulias de chismorreo, mejor no se habla. Se despellejan. A cambio corre el dinero. Ganan opíparos y suculentos sueldos. Cualquiera de ellos se embolsa más que un puñado de gente de las que se levanta, cada mañana antes de la salida del sol.

El otro día leí: España encabeza el desastre escolar y el índice de audiencia de programas basuras. Al igual es que los extremos se tocan  y no están lejanos como podría parecer.

En Alemania la noche de Fin de Año fue tremenda. En algunas ciudades, terrorífica: Colonia, Hamburgo, Dusseldorf… Es increíble. Algunas situaciones contadas por los medios son alucinantes. ¿Esto va a alguna parte? ¿Tan vieja y tan enferma está la sociedad europea?

No quiero añadir más problemas. Cada uno tiene para dar y regalar. No intento que tengan un mal sabor de boca por lo que leen. Tiro del anecdotario perote. Verán, aquí se cumple, lo del dicho castizo: “hay gente pá tó”.

 El Juez, en la ceremonia civil, lee con parsimonia y dándole todo lo suyo, los artículos del Código Civil referentes al matrimonio. El hombre, - el contrayente -  está nervioso, inquieto, como agitado. El Juez piensa que es por la trascendencia del acto, le dice:

-          Calma hombre, calma, que este acto es algo muy importante y no se realiza todos los días.

-          No, no, si yo no estoy ‘altereao’ es que es la hora del bocadillo, y el encargado me ha dado permiso para venir y si me retraso me lo descuenta luego…


Si he logrado el esbozo de una sonrisa…¡objetivo, conseguido!

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