jueves, 11 de junio de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Fuentarriba

No. No es fiesta. Aunque lo parezca. Si llegas a la Fuentarriba a cualquier hora de la mañana  en la plaza habrá mucha gente pero no es fiesta. Están de cháchara.
La Fuentarriba, según qué hora tiene su público.

Si es muy temprano, los madrugadores. Por cierto, lo mejor que te tomes una manzanilla del Hacho, claro, en el “Madrugón”. Un chorreón de limón le irá bien. Limpia la resaca de la noche anterior y predispone el cuerpo para aceptar lo que venga. Además tendrás gratis el periódico verbal de pueblo.

A media mañana no se cabe. Párate a oír lo que hablan: del gobierno, de fútbol, del tiempo. Luego si quieres puedes tomar café en los Caballos II, en lo de Salvador (que no tiene letrero en la puerta hacen los mejores churros del pueblo), o en las Fuentes. Regenta el bar un señor que vino de… de Bulgaria; se llama, Milo.

Cuando aún se están guardando entre virutas de serrín las figuras del Nacimiento, Paquito, en La Alegría, tiene puesto ya el Bolero Paracaidista. No es por nada en especial, al hombre le gusta y como en Álora somos tan dados a la Brigada pues calienta motores para cuando llegue, por abril, la Semana Santa.

Al medio día la plaza se queda un poco más vacía de gente. Algunos se van; los que se quedan cambian el tema de conversación y ahora hablan de fútbol, de gobierno o del tiempo. Es el momento de tres cosas; mejor de hacer tres estaciones de penitencia.

En el Chismo – a Juan e Isabel hay que ponerles una placa en la fachada recordándolos – se tapea con “Hormigón”. Han pasado las personas y los tiempos, (que no se te olvide, hormigón). Vuelve sobre tus pasos. Ve a lo de Salvador, si Babi ha hecho arroz… Ni te cuento. No se hace otro que lo iguale en todo el contorno.

Pon broche de oro. O sea, ese que cuando me veas por ahí concertaremos una cita para volver algún día. Me refiero al Azahar. Candelaria hace las mejores croquetas – carne de pollo y puchero, de por medio – que te vas a comer en un temporada. Después agrégale alguno de sus “bollitos” especiales.

De la gente ni te digo. Habrán cambiado de conversación. Ahora estarán hablando del del gobierno, del tiempo o de fútbol… ¿De los otros?; otro día. ¡Son tantos y tan buenos!

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