sábado, 28 de febrero de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. San Cristobalón

Mira ‘el mar de olivos’. Ondulan colinas y collados suaves. Olas que van y vienen. No son ajenas las nieblas ni brumas de amanecer. Se desvanecen - las brumas - conforme se acerca la media mañana. Estás frente a las últimas estribaciones de Sierra Mágina. O sea, entre Úbeda y Baeza.

Mira cómo se putean los pueblos blancos en medio de los olivares  y cómo se recortan, entre las lomas dos pueblos soberbios, renacimiento puro, belleza a puñado. Te la encuentras por la calle como a las niñas guapas en todos tiempos.

Si viniste como yo desde Granada por la autovía… La carretera salva los puertos del Zegrí y el Carretero. Antes, era más pintoresco; ahora, con la modernidad se pierden cosas, pues eso… más rápido y también más seguro.

En la lejanía, entre ocres y grises la mole imponente Sierra Mágina y Aznaitín y Cazorla. Las sierras que cantó don Antonio Machado cuando anduvo por estas tierras. ¡Qué pena algunos ni se enteraron; ellos, solitos se lo perdieron!

En Baeza la hija del “Maestro Sifón – Diego Lozano q.e.p.d.- reivindica la memoria de su padre en la espléndida obra de miniatura en piedra que nos dejó. En Úbeda, Paco Tito, piede, más reconocimiento aún para su arte alfarero; frente a la fachada del Salvador, por la plaza Vázquez de Molina, pasea el cardenal Amigo. Se va la tarde…

Por si faltaba algo, ahí están las pinceladas de don Antonio cuando vino a decir aquello de la lechuza que bebía, de noche, del velón de aceite de Santa María  junto  a la verja del coro de la catedral.

El paisaje no cambia. Filas alineadas de olivos orillan el camino;  repeinan el campo. Es un tablero de cuadrículas simétricas: No pierden el marco ni la compostura. Se conservan, se miman, se exhiben y se versifican en estrofas para diosas iberas, romanas...


Un día un poeta de la copla - Juanito Valderrama - rezó de otra manera y compuso un rosario, pero no con cuentas de huesos de aceituna, - que de la abundancia, ya sabes... – Cambió de material, y lanzó a los aires aquello de: “Tengo que hacer un rosario / con tus dientes de marfil...” ¿Cómo le ponemos a esta tierra?

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