sábado, 3 de enero de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las Batuecas

                                             

El viajero llegó a donde el tío Cirilo en Las Mestas hurdanas cuando el sol ya había pasado el cenit  de un medio día de verano. Fresco para aquellas tierras, verde en los pastos de las laderas y pelado en la crestas de la Sierra de Francia.

El tío Cirilo vendía polen de flores libado por las abejas de las Batuecas o de Las Hurdes que nunca se sabe hacia dónde vuelan las abejas o si simplemente se dejan que las lleve el viento. Pero eso sí siempre vuelven a la misma colmena.

Cantaba un gallo detrás de una tapia; se espulgaban dos perros. Compró miel, caramelos y  “ciripolen”; pidió una cerveza y tasajo. Es buena también la cecina y el queso agrio de cabras que pastan por estas sierras. Son animales duros. Se adaptan al terreno.

El viajero aprovechó el buen tiempo del verano y fue a donde no va casi nadie y, cuando lo tuvo a bien se paró al borde del camino, respiró hondo y pensó en sus cosas. El viajero es un hombre raro según se mire por parte de quien. Pero lo tiene claro y le gusta andar a su aire.

Estuvo por la mañana en el corazón de las Hurdes. En La Fragosa preguntó – porque es muy preguntón - y obtuvo una respuesta que le espetó un hombre que con el cabestro sobre el hombre era seguido por un mulo cano cargado de leña: “aquí los caminos lo hacemos para nosotros y para las bestias”.

En la puerta del Santo Desierto de San José el viajero comprendió la vida de los hombres ermitaños que un día decidieron probar eso que llaman otra vida. O sea, la vida contemplativa;  la de la clausura de los conventos cerrados a cal y canto.


A media tarde en la sierra cantaba el cuco. El río – el río Batuecas – seguía su curso. El río lleva el agua clara, limpia. En las orillas crecen sauces y alisos. El viajero sabía que estaba en una tierra donde  dicen que cuando Cristo dio las tres voces, no lo oyó nadie, porque no había nadie. Estaba gusto, muy a gusto pero había que seguir camino…

No hay comentarios:

Publicar un comentario