lunes, 27 de octubre de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Michael

                                                  

Mi amigo Michael, Michael Newton,  viene cada año en una escapada de dos semanas. Busca una casa; se hospeda,  comparte con los amigos... “Se me hacen muy cortas dos semanas”. Desde que vengo, me dice,  “entiendo mejor muchas cosas”.

Michael Newton es profesor emérito en la Universidad de Northumbria, en Newcastle. Engrosa la lista de hispanistas británicos que saben más de nosotros que nosotros mismos.  En las Universidades de Cambridge y de Keele se interesó por la figura del político republicano Largo Caballero.Vinieron, luego, libros, artículos, tesis…

La dirección del Departamento de Español de su universidad le propició el contacto con Álora. Acompañaba al grupo de estudiantes que pasaban un tiempo de estudio por aquí. En el 2002 publicó “Álora. Portrait of a frien dly town”; luego, “Homenaje inglés a Álora”…

Hace unos meses con un correo me anunció su venida. Una llamada de teléfono, anoche, me dice que ya está aquí. Un café con leche en el bar de la Fuente de la Higuera… Un rato único.

Hablamos y hablamos: situaciones de ambos países; de Escocia y de Europa; de Almudena Grandes y de Paul Preston; de Richard Robinson y de Gerarld Brenan; de conservadores y laboristas, de aquí y de allí; de lo que supuso para la Alpujarra la publicación de “Al sur de Granada…”

 “Pepe que sabio es el pueblo de Málaga que le da un nombre a cada clase de café. Y de corrida me cita: cortado, sombra, nube, manchado, mitad, solo, café con leche, largo, corto…”


Todavía tiene las hojas el almez centenario que cubre la casa señorial cercana; las han perdido los granados. Dora el sol las lomas de Virote; por El Torcal se encaraman algunas nubecillas que no son de agua; se extienden como una gasa espesa… Me pregunto ¿Por qué algunos amigos se van a vivir tan lejos?

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