domingo, 7 de septiembre de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Arroyomolinos de León



                                    
Arroyomolinos de León fue tierra extremeña hasta la división territorial de 1834. Más o menos, que una cosa es el papeleo y, luego, lo que es. En 1840 pertenecía al Priorato de León, Orden de Santiago, y a la Vicaría de Santa María de Tentudía.

Cuando yo estuve, porque era primavera avanzada, crotoreaban las cigüeñas en  la espadaña de la iglesia de Santiago; ahora, a final de verano, seguro que ya se habrán volado los cigoñinos…

Vas por terreno pedregoso y áspero. Cercas de piedra seca delimitan el campo. Pasta el toro bravo, el ganado porcino y la oveja. Encinas y más encinas; dehesas de pasto que riegan las aguas del otoño.

La agricultura por estas tierras da para lo necesario y para el complemento del vivir de cada día. Es decir: subsistir. La ganadería es otra cosa: la joya está en todo lo que viene del cerdo. 

Acaso, cuando llegues y hables  con la gente, en alguno de estos pueblos notarás que cambia el acento y el giro de la oración y el uso de expresiones como “quédele el coche allí...”, “tome agua que sea” o, “vaite po tras del cercado”..., y ahora, más que nunca, comprendes que Extremadura está a vista de poco que levantes las cabeza. Es decir.  Al lado.

Y te encontrarás con alguien que como tú recorre lugares y da en ir a sitios como estos. Y detectarás a quien no respeta la intimidad de las personas que viven por aquí y que hay quienes se visten de espantapájaros  para ir por esos mundos de Dios. Pero esos no son viajeros. Esos son otra cosa.


Barbeito - que conoce uno a uno, y a todos por su nombre los pueblos de Huelva, Pueblos en Mancomunidad - me dijo que éste es el único que lleva apellido “de León” y no es extremeño sino andaluz. Y, si él lo dice… 

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