miércoles, 4 de diciembre de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Cómo le ponemos al niño?

                                   

No hay Dios que lo entienda. Verán: becarios que borran discos duros de  los ordenadores; golfos que limpian la contabilidad de un partido político (sus siglas también tienen dos ‘p’ de Pamplona o de Pepe, o de pamplina, como quieran); otro partido (que está no digo ‘partido’, no; está hecho añicos) pide revocar los acuerdos con la Santa Sede (otra dos ‘s’)…

Y, en medio de todo, la alcaldesa de la Línea - con Ayuntamiento en reunido en Pleno - aprueba nombrar “Alcaldesa perpetúa de la ciudad” a la Inmaculada Concepción… Vamos que eso del dogma y de Roma como que, un pensaba que queda muy lejos.

Hay más. Un concejal de Torremolinos - quería un minuto de gloria - pide que no suenen villancicos por la megafonía de la Casa Consistorial “para no molestar a los trabajadores”…Nos quiere dejar sin peces bebiendo en el río, ni pastores que bajan a de las montañas ni Magos que vienen de Oriente, ni …Más o  menos.

Me acuerdo de Carlos Puebla cuando nos contaba, en su canción, aquello de que querían seguir  perpetuándose con apartamentos de lujo, (el del ático doble que entra por dos calles para disimular, no. Ese, también,  pero no),  con el pueblo sufriendo (¡bastante que les importa a algunos el sufrimiento del pueblo!) o jugando a la Democracia… “Y en esto llegó…”


No quiero comandantes que manden “a parar” ni revoluciones en la sierra. Ni salvadores de uniformes. Ni tertulianos de buche lleno. No. Como Miguel Hernández me pregunto: “¿De dónde saldrá el martillo/ verdugo de esta cadena?” “Habla, pueblo, habla.”

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