jueves, 19 de diciembre de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ráfagas

                                           

Como a media tarde, se echó, el otoño, la solapa del abrigo –de la gabardina para precisar más- hacia arriba, se puso el sombrero y se vistió ropa nueva, o sea, nubes que entraban desde poniente. Se presentó en la calle, a modo de lluvia, ‘caleaera’ y, en ocasiones, racheada por un aire revuelto que no se quería perder la ocasión, y lo llenó todo de encanto.

La tarde no era tan bella como Ingrid Bergman, ni tan misteriosa como Humphrey Bogart en ‘Casablanca’ pero se puso preciosa. Me encerré, como otras veces, en el refugio interior, y escuché en silencio. El silencio de Dios es el que más habla y como los hombres estamos tan llenos de  ruidos, tiene que enmascarase para que lo notemos más cerca.

Todo era íntimo y recoleto. La tarde  se iba de la mano con más rapidez que otras, en las que el sol dice, que se acaba el día y pensé en San Juan de la Cruz y casi hallaba la respuesta a la pregunta: “¿Adónde te escondiste Amado…?”

Y  la respuesta estaba al otro lado de los cristales de la ventana, y yo casi sin enterarme… Enfrascado en lo de cada día: “la Guardia Civil registra…”; “Alaya vuelve a imputar…”, “Ojalá os muráis los que habéis matado a mis vecinos…” Tal cual usted lo lee, lo he copiado… De verdad, ¿estamos bien de la cabeza?

Cerré los ojos y escuché cómo caía la lluvia. Dice el hombre del tiempo que va a estar por aquí – la lluvia, claro- poco, que para mañana ya se va, y que sólo dejará algo para que broten las sementeras y las hormigas alúas salgan a la orilla de la carretera, y tengan alimento los pájaros insectívoros.


Me quedo con el campo, con esa lluvia que se ha presentado esta tarde, con el carbonerillo que cantaba esta mañana en el cañaveral del arroyo. Y con aquel avión que arrancaba en la niebla rumbo a París. Dice mi amigo José María que ser humano, no tiene arreglo. Voy a tener que darle la razón. Pero, y si por un casual, digo yo, ¿se parasen a escuchar el silencio de Dios?

No hay comentarios:

Publicar un comentario