¡Ay, pena! Pena, penita, pena, que cantó Lola. No. No es
esa. Es la otra. Pena negra, maldita pena. Te vimos venir. Pensamos que no
llegarías, que te quedarías por ahí. Sin saber dónde pero, ¡ay, lista tú! burlaste las esquinas, como en las noches de
invierno las burla el viento, y te
metiste dentro, tan dentro que…
Rabia, puñetera rabia. Impotencia que te revuelves y te
subes por no sé donde hasta la boca y haces que uno piense disparates, tan
negros que, de momento, hay que rechazarlos porque si no, uno, sería como
son ellos.
No es lo mismo olvido que pasar la hoja; no. No es lo mismo
perdón que mirar para otro lado; no. No es lo mismo resignación que poner cara
de tonto ante el listo de cada mañana que, encima, viene y sermonea y te vende la burra con buenas palabritas… No. No es lo
mismo.
Son muchos niños que preguntaron dónde fue su padre que no
venía por las noches a su casa como venían los padres de otros compañeros del
colegio. Un día comprendieron que su padre ya no vendría nunca, como tampoco
vendría el hijo, el hermano, el marido, el amigo, el vecino, aquel muchacho que
un día subió a otro tren en el camino de la vida.
Supimos el significado de palabras: jamás, nunca, siempre… y
de soledades, de las que van por dentro y de las que se nos pegan por la calle
y vamos -.islas- en un océano de gentes. Y conocimos que es la mentira y la
traición y… la palabra hueca. “A separar las voces de los ecos” que decía don Antonio Machado.
Las cosas pueden ser legales pero no son justas. Aquella
muchacha violada por el canalla de turno por el solo hecho que ella era mujer,
y él - repugnante - más fuerte. Aquel muchacho que creyó que la felicidad
pasaba por el estupefaciente que le daba el camello en el parque y al camello,
el otro y al otro…Ese de arriba, ese también mañana estará, otra vez, en las
andabas.
Pero no me quedo a gusto si no escribo que siento asco,
mucho asco de todos los judas –con minúsculas- que pudieron poner remedio al
problema y no lo pusieron. Hipócritas que miraban para otro lado, pero eso sí,
las posaderas muy pegaditas al asiento del coche oficial. Sean del color o de
la leche que sean. Asco, mucho asco…
Pena, mucha pena; y mucho asco, mucho, cada vez más de este infame y mezquino país cainita; y mucha impotencia el ver lo que están haciendo con mi país en medio de la indiferencia y el pasotismo general, cuando no de la complacencia.
ResponderEliminarNo veo la televisión, pero anoche hice una excepción para seguir por la tv autonómica asturiana TPA, la entrega de premios Principe de Asturias, especialmente porque había dos de los premiados que me gusta, uno es el cineasta y otro el literato, el escritor Antonio Muñoz Molina, del cual soy lector. Ejemplares los discursos de todos los premiados, incluso me pareció ejemplar el discurso final del Príncipe, a mí, un republicano que le repelan los discursos oficiales grandilocuentes, propagandísticos y babosos.
Pero cuando la presentarora le hizo una pequeña entrevista a uno de los asistentes, al ministro de exteriores, ya no era asco, sino arcadas y hervor en la sangre, cuando escuché lo que dijo. Después de sortar su propaganda de ese engendro de "la marca España" como si España fuera un producto de marketing en vez de un país, tocó elegir a sus preferidos de los premiados.
A instancias de una pregunta d de la presentadora, el principal criterio que tuvo el ministro de exteriores menos diplomático, con su habitual chovinismo más rancio ("¡GIBRALTAR ESPAÑOS¡") fue elegir a "los españoles" como si eso de por sí fuera un mérito en sí mismo , y no sus obras o sus trayectoria humanas, profesionalea o artísticas. Pero ahí, como todo buen sectario hizo distinciones y discriminaciones: la primera elección fue para el golfista (el deporte, como no, lo unico destacable del engendro de la marca españa); en segundo lugar la organización social de la ONCE y en tercero, y con reparos (ya que no es un escritor adicto al régimen, y en su último libro TODO LO QUE ERA SÓLIDO hace una crítica demodelora contra los políticos de uno y otro bando y de la sociedad que los ha apoyado ) a Muñoz Molina, insistiendo en que "principalmente porque es español".
A insistencia de la presentadora que qué le parecía que las críticas que había hecho ultimamente el escritor a través de artículos en prensa, declaraciones y discursos estos días sobre el desmantelamiento de la ciencia, la cultura y la ley involucionista de educación de su gobierno que "fomentará la ignorancia", el ministro se limitó a decir, que bueno que "le parecía un buen escritor, y que en todo caso era su opinión, pero él, no podía ser 'sectario'" (¿¿¿???)
Y ya ésta mañana, una de las primeras cosas que leí fué ésto:
http://davidjimenezblog.com/2013/10/23/celebracion-de-la-basura/
Ante tantos muladares de este precioso país como esta surgiendo en estos últimos tiempos, -lo malo es que todos llevan corbatas y están en pedestales- que la mirada se gira y los oídos se vuelven sordos, si, es una lastima, pero el dolor es demasiado elevado y las fuerzas declinando que cada vez lo vemos más lejanos.
ResponderEliminarTienes muchas, pero que muchas razones para decir que lo legal no es lo mismo que justo, lo 1º lo hacen ellos y lo 2º es equilibrio.